En enero pasado, el Inecoa participó del hallazgo y rescate de los restos de una mujer inca en el Pucará de Tilcara.

Crisis en el Conicet: Científicos jujeños advierten que las investigaciones «van a estar muy comprometidas»

Investigadores de todo el país participaron de un plenario en la UTN Córdoba para discutir los recortes a la investigación en el país. El sábado dieron a conocer un duro documento en el que analizan la difícil situación del sector y reclaman un «salvataje» de la ciencia. Marcos Vaira es docente de la Universidad Nacional de Jujuy (UNJu), director del Instituto de Ecorregiones Andinas (Inecoa) e investigador del Conicet, y describió en diálogo con El Submarino Radio (91.5) la crisis de la ciencia en la Argentina y los peligros que enfrenta por el desfinanciamiento: «Va a llegar un momento en que las tareas de investigación van a estar muy comprometidas», aseguró.

-¿Cómo fue el encuentro en Córdoba?

-El encuentro que tuvimos en Córdoba, que fue definido por los asistentes como histórico, surge centralmente por la necesidad de que todos los directores del país fueran escuchados respecto a la situación que estaban pasando los institutos a lo largo y ancho del país. La verdad es que a los que estuvimos en la organización del evento nos sorprendió la convocatoria, porque no es fácil reunir a directores de las regiones del país, además por la situación económica que enfrentan. Pero asistieron en un número cercano a 140. Y además tuvimos numerosas adhesiones de algunos que no pudieron asistir pero acordaban con la necesidad de acordar esta reunión y el documento que finalmente ha salido.

-¿Dónde funciona el Instituto de Ecorregiones Andinas?

-El instituto tiene lugar de funcionamiento e infraestructura en la Universidad Nacional de Jujuy; es decir, parte de los laboratorios y de las oficinas de trabajo son a su vez áreas de la universidad, porque somos un instituto que tiene doble dependencia. Pero esa no es la realidad de todos los institutos del Conicet. Hay algunos que son financiados exclusivamente por el Conicet, y esos están en una situación mucho más complicada que los de doble dependencia. Nosotros tenemos oficinas administrativas en la sede de la Facultad de Ingeniería, que está en el centro, frente a la plaza Belgrano, pero muchos investigadores están en otros edificios, en el Instituto de Geología y Minería, en el Instituto de Biología de Altura, en la Facultad de Ciencias Agrarias. Somos un instituto de una dimensión importante, con casi cien miembros, y no tenemos un único lugar físico. Ese es un gran deseo que tenemos, pero en este momento es inalcanzable porque no hay ningún tipo de financiamiento para la construcción de edificios.

-¿Cuál es la situación? 

-Los institutos del Conicet en una buena proporción funcionan en edificios y espacios físicos de universidades. Eso de alguna manera ha morigerado la situación. Pero para que tenga una real dimensión de la situación, el instituto que yo dirijo durante todo el 2018 recibió solo un 20 por ciento del presupuesto acordado para el año por parte del Conicet, una cifra casi irrisoria: recibimos 30.000 pesos.

-¿De cuánto era el presupuesto previsto?

-El presupuesto fijado en 2018 era de 190.000 pesos, aproximadamente, del cual nos dieron una mínima fracción. Para 2019 se han aprobado 150.000 pesos, es decir que vino con una reducción del 30 por ciento. Pero además tenemos serias sospechas de que nos vaya a ocurrir lo mismo que el año pasado, cuando solo recibimos un 30 por ciento de lo previsto. A esto se va sumando el deterioro de los equipos, la imposibilidad de comprar reactivos, elementos. Tenemos una camioneta que usamos para muchas de nuestras actividades en el campo, y para que tengan una idea sufrió un desperfecto que nos costó 23.000 pesos, con lo cual ya estamos con un presupuesto tremendamente agotado en esta primera parte del año. Con los fondos que nos da Conicet mantenemos vehículos y todo lo que es el funcionamiento administrativo del instituto. Tenemos que trabajar en el control de las tareas diarias que hacen 60 becarios del Conicet, y eso significa atender todos los pedidos de salidas de campo, de idas a congresos, todo el registro de asistencia, pero también todos los apoyos que se pudieran dar en la compra de algún insumo específico o algún equipamiento particular que se necesite.

-¿Están al día con los sueldos?

-Afortunadamente, con los sueldos de los investigadores y el personal de apoyo no habido ningún problema. Sinceramente, esto no lo hemos abordado en detalle en el plenario, pero muchas veces los becarios expresan que están cobrando un salario cercano a la línea de pobreza.

-¿Cuánto gana un becario?

-Un becario en la región actualmente tiene un pequeño plus, pero están cobrando entre 28.000 y 30.000 pesos.

-¿Y los investigadores?

– Eso depende de las distintas categorías, pero en promedio un investigador está cobrando entre 40.000 y 45.000 pesos.

-¿Cuáles son las expectativas para este año, en este contexto?

-Si uno tuviera que ser analizar la situación crudamente, tendría que pensar que es casi imposible afrontar las tareas habituales que tenemos. De todas maneras, la verdad es que hay una gran carga de vocación en lo que hacen muchos becarios e investigadores, y en muchos casos están permanentemente buscando subsidios y apoyos a nivel nacional e internacional. También muchos están sacando dinero de su bolsillo para financiar las investigaciones. El tema es que la situación se va acumulando en el tiempo, y si no hay una compensación y no se fortalecen los presupuestos ni se aumentan los sueldos, va a llegar un momento en que las tareas de investigación van a estar muy comprometidas.

-¿Qué investiga el Inecoa?

-Nosotros tenemos casi 100 miembros disciplinas muy variadas, geología, biología, arqueología, antropología biológica, paleontología. Es decir, un amplio abanico de temas relacionados centralmente con aspectos ambientales y sociales de la región. Así que encaramos mucho el trabajo en multidisciplinas donde se cruzan de alguna manera investigaciones que tienen que ver con la geología, la biología, pero centralmente estamos enfocados en problemáticas de tipo ambiental y biológicas en el contexto de la provincia. De allí el nombre de «ecorregiones andinas», que es lo que abarca toda la diversidad de la provincia de Jujuy. Para nosotros sería imposible funcionar únicamente con los presupuestos acordados por el Conicet. Por parte de la universidad no recibimos un aporte monetario directo, pero la universidad al menos paga los servicios básicos, la luz, el gas, y eso es lo que nos permite seguir afrontando el funcionamiento diario del instituto.

Sobre el documento

En el documento de cierre, los directores de los institutos de investigación plantearon que, como responsables de las instituciones, se ven en la «obligación» de denunciar ante la sociedad que, «de no revertirse en forma urgente esta situación, el deterioro que sufre el sistema científico y tecnológico nacional tendrá consecuencias devastadoras» para el país.

En esa línea reclamaron la instrumentación de un plan «de salvataje» del Conicet que contemple un aumento de emergencia del presupuesto con «magnitud suficiente para garantizar» el funcionamiento de los Institutos, el cumplimiento de proyectos aprobados y la actualización de los salarios y las becas.

También pidieron la prórroga de las becas de los jóvenes excluidos hasta la resolución del próximo concurso de ingreso a la Carrera del Investigador Científico. «Este llamado debe contemplar un aumento sustancial en el número de vacantes a fin de revertir el deterioro sufrido en los últimos años y retomar una senda de crecimiento», agrega el texto.

Entre los puntos también figura la «inmediata» normalización del directorio de Conicet con la designación de los miembros electos y la «restitución» del Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva.

Los directores insistieron en que el desarrollo científico y tecnológico representa el «principal motor para el avance productivo y sociocultural del país y la promoción del bienestar creciente del pueblo». Las Instituciones científicas argentinas, entre ellas el Conicet -dijeron-, afrontan una profunda crisis por una política «de desmantelamiento, expresada en una dramática reducción del presupuesto real asignado a las Instituciones que componen el sistema científico nacional y agravada por el deterioro del funcionamiento institucional».

En el documento de cierre del plenario expresaron que esta política «no está de acuerdo con la aspiración de una Argentina inserta en el mundo desarrollado» y subrayaron que centenares de proyectos de investigación se encuentran hoy paralizados porque su financiamiento «ha sido pulverizado».

«Una vez más, asistimos a la exclusión de jóvenes investigadores del sistema científico. En muchos casos, esta situación conduce al éxodo de científicos altamente calificados en cuya formación el Estado Argentino ha invertido importantísimos recursos, que son recibidos con los brazos abiertos por los países desarrollados. Los Institutos de investigación no cuentan con los fondos mínimos necesarios para su funcionamiento», agrega la descripción.

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