“En el predio de Miguelito Mayorista funcionaba un aguantadero de la policía”

Por H.I.J.O.S. Jujuy

Este jueves continuaron las declaraciones testimoniales en el Tribunal Oral Federal en el marco del sexto juicio de lesa humanidad realizado en San Salvador de Jujuy. Se trata de la vigésima quinta audiencia que tiene por objetivo condenar a los responsables del terrorismo de Estado.

En esta oportunidad declararon 5 testigos, el primero fue Alberto Máximo Tell hijo de Máximo Tell (actualmente desaparecido), en segunda instancia declaró Carmen Del Valle Piñedo, pareja de Guillermo Genaro Díaz, secuestrado y desaparecido de la localidad de Calilegua en el año 1976, luego José Cardozo quien negó haber sido víctima del terrorismo de estado, José Burgos, ex preso común del penal de Gorriti y Carlos Luis Figueroa quien previo a la intervención del sindicato de azucareros del ingenio Ledesma cumplió una activa tarea gremial hasta el momento de su detención.

Tell dijo que su padre fue detenido ilegalmente en dos ocasiones, la primera en mayo de 1976 cuando fue alojado en el penal de Gorriti, y después de recuperar su libertad, un año después, es secuestrado el 13 de mayo del año 1977 cuando se dirigía en su vehículo hacia la calle Comandante Espora al 130, aproximadamente a las 22 horas, junto a su pareja, Teresa Sarrica. Tell (padre) fue Secretario General del Sindicato de Obreros y Empleados Telefónicos de Jujuy (FOETRA) y presidente de la agrupación nacional Peronista. En la actualidad, Tell (padre) y Teresa permanecen en calidad de detenidxs desaparecidxs.

A raíz del secuestro de la pareja, Tell (hijo) inició una intensa búsqueda. Relató cómo siguió los pasos al represor Jaig hacia una zona donde actualmente está ubicado un reconocido supermercado sobre Avenida Corrientes, zona donde “funcionaban aguantaderos” de la policía, hasta que una noche fue interceptado por un vehículo manejado por desconocidos que se limitaron a subirlo y abandonarlo “en el camino viejo a Palpalá”, no sin antes advertirle: “Dejá de buscar, no te olvidés que tenés una hermanita de un año”.

Relató también, que en el año 2012 pidió audiencia en la cárcel de Alto Comedero con el represor Bulgheroni, quien es señalado como el responsable del destino de su padre y la pareja de éste, “negó todos los hechos relacionados a la detención y desaparición de mi padre y Teresita”, expresó.

La segunda en declarar fue Carmen Del Valle Piñero, a la cual le costó recordar lo vivido durante aquellos días de julio de 1976. Convivió durante tres años con Guillermo Genaro Díaz con quien tuvo dos hijos, hasta que efectivos de la policía de la provincia lo secuestraron, encarcelaron y posteriormente desaparecieron. Para ese entonces la mujer tenía 15 años y un embarazo avanzado de su segundo hijo.

Carmen relató ante el tribunal la vulnerable situación económica que atravesaba por aquel entonces, ya que no disponía del dinero suficiente para viajar y visitar a su pareja durante los días en que éste permaneció en cautiverio. Además, también expresó, que dependía económicamente de su padre y que su embarazo de 6 meses le impedía realizar cualquier tipo de trabajo.

Si bien no pudo dar mayores precisiones acerca de la detención de Díaz, dijo que la última vez que lo vio, fue en la comisaría de Libertador General San Martín donde lo encontró “con miedo y en mal estado”. Al concluir su testimonio solicitó a los jueces el reconocimiento de su hijo menor ya que cuando nació, su padre se encontraba desaparecido.

En tercer lugar, declaró José Cardozo, quien durante su testimonio manifestó no haber sido detenido durante la dictadura militar ni conocer a las personas que la fiscalía le mencionó. Aparentemente no quiso hablar sobre su detención, desde H.I.J.O.S. Jujuy no sabemos el porqué de la omisión.

José Burgos relató ante el Tribunal y el público presente los hechos acontecidos durante su liberación, una noche fría y de lluvia del 12 de julio de 1977 en el penal de Villa Gorriti. Burgos afirmó con toda claridad que fue testigo ocular del momento en que Juan Ángel Robles, más conocido en el penal como “Pájaro Loco”, era violentamente trasladado fuera de la prisión, a escondidas, por el portón trasero de la cárcel ubicado sobre calle Pueyrredón y subido a un vehículo de la policía provincial.

Según Burgos, en el momento en que ambos fueron sacados de sus respectivas celdas “el pájaro gritaba: ¡Defiéndanlo al pájaro, no dejen que se lo lleven!”. Desde esa noche Juan Ángel Robles permanece en calidad de desaparecido.

Finalmente, prestó declaración Luis Figueroa, quien durante el año 1975 cumplía la función de secretario de relaciones gremiales dentro del Sindicato del Azúcar del ingenio Ledesma hasta que fue intervenido. Figueroa indicó que su detención se produjo mientras sostenían una reunión entre el gremio azucarero y el Ministerio de Trabajo, la misma fue interrumpida por la llegada de un grupo de uniformados que se encargaron de trasladar a los sindicalistas de regreso a Libertador Gral. San Martín para obligarlos a realizar la entrega de las oficinas y demás bienes del gremio.

Después de pasar 15 días en un calabozo de la brigada de investigaciones de Libertador, Figueroa fue trasladado a Villa Gorriti donde conoció a los represores Orlando Ricardo Ortiz, Carlos Alberto Ortiz y Herminio Zárate además de compartir celdas y pabellón con los detenidos, Juan Llanos, los hermanos Villarroel, y los desaparecidos Carlos Díaz, Carlos Patrignani y Tilca. Tras su traslado y posterior liberación en la ciudad de La Plata, en enero del año 1977, regresó a la provincia de Jujuy donde se vio obligado a mudarse de Libertador a la ciudad de Palpalá debido a la difícil tarea de encontrar trabajo y sustento que enfrentaban los ex presos políticos durante la dictadura militar.

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