Estudiantes del IES 11, que era de la Tupac, denuncian abandono del edificio y temen por su seguridad

«Desde que pasó a manos del Estado, se vino abajo», afirman los estudiantes del Instituto de Educación Superior N° 11, que pertenecía a la Tupac Amaru y que ahora gestiona el gobierno provincial. Los techos tienen humedad, los ventiladores están a punto de desprenderse, las cloacas rebalsan cuando llueve y en los baños no hay agua. En tanto, el rector Federico Medrano instaló sensores y rejas en su despacho porque dice que los alumnos tienen «una actitud violenta».

Cerca de 2000 estudiantes concurren al terciario fundado por la Tupac Amaru, que en 2017 pasó a ser gestionado por el Ministerio de Educación, que nombró al frente del rectorado a Federico Medrano. Allí se dictan ocho carreras: Administración en Salud, Obstetricia, Turismo, Enfermería, Control de Vectores, Equipamiento biomédico, Energía Solar y Agente Sanitario.

Los alumnos, organizados en el Centro de Estudiantes, están preocupados por el estado del edificio. Los testimonios son contundentes, y están apoyados por las fotografías. «Nunca se hizo ninguna mejora», aseguran.

La enumeración de los problemas es extensa. En los baños no hay agua pero aun así se inundan, porque las cloacas rebalsan cuando llueve. Los techos se caen a causa de la humedad, y los ventiladores amenazan con desprenderse. «No sabemos si vamos a volver sanos a casa», afirman los alumnos.

La falta de mantenimiento incluye la limpieza: «Uno entra a los baños y el olor es insoportable, porque no limpian por la falta de agua», describen. «Hace pocos días, incluso, una portera se cayó en un pasillo porque se había inundado, y el rector salió corriendo a decir ‘que nadie se entere, acá no pasó nada’. ¿Qué hacíamos si pasaba algo grave?», contó a El Submarino Diario uno de los alumnos.

«Nadie arregla nada, y el rector prioriza su seguridad poniendo sensores, alarma y rejas en su despacho», continúan. Las medidas de seguridad para el rector se tomaron cuando se creó el Centro de Estudiantes, y los alumnos organizaron una movilización para reclamar que comenzaran las clases. «Según él, tuvimos una actitud violenta», señalan.

Los estudiantes advierten que la falta de mantenimiento no es por problemas económicos. «El año pasado entró bastante plata», refieren. Lo saben porque al momento de la inscripción les exigieron que pagaran todo junto el mismo día para poder hacer el trámite.

«Antes, con la gestión de la Tupac Amaru, daba gusto estudiar. Se limpiaba, se arreglaban desperfectos. Ahora da pena y rabia, porque te hacen pagar, te exigen, y no hay mejoría», dijo un alumno avanzado.

El reclamo de los jóvenes no tiene nombres propios. Todos hablan en nombre de todos, por temor a represalias. «Si damos nuestros nombres, los coordinadores informan y nos castigan en las pruebas, en los exámenes», denuncian, y aseguran que recibieron amenazas directas de parte de profesores.

«Se nos tilda de tupaqueros, quilomberos, y lo único que hicimos fue haber peleado para que habiliten las carreras y para que hagan las mejoras en el edificio. Queremos estudiar tranquilos, sin estar pensando que se nos viene el techo encima», afirman.

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