El Congreso busca reactivar su funcionamiento para tratar, entre otras iniciativas, el proyecto de un impuesto extraordinario a las grandes fortunas, con el fin de financiar la crisis agravada por el coronavirus. El debate por la aplicación de este tributo ocurre en todo el mundo.
Hay cinco países en Europa con propuestas de este tipo y otros seis en América Latina, con la diferencia de que en general, lideran las propuestas los partidos opositores, mientras que en Argentina el debate lo promueve el oficialismo y lo rechaza parte de la oposición. Así se despende de un análisis realizado por el Centro de Economía Política Argentina (Cepa).
El Financial Times, principal diario financiero de Londres, publicó una editorial a principios de abril en la que recomendaba a los gobiernos llevar adelante un rol activo en la economía, por lo que la redistribución volverá a estar en agenda y los impuestos sobre la renta y la riqueza deberán estar presentes.
En la misma línea, el FMI publicó un informe elaborado por el departamento de asuntos fiscales, en el cual recomienda aumentar las tasas más altas del impuesto a las ganancias y bienes personales, lo que podría lograrse con un “recargo solidario”.
Entre las iniciativas llevadas a cabo por oficialismos se destaca España, donde el partido Más País que integra Iñigo Errejón propuso la creación de un impuesto “a la solidaridad cívica a quienes más tienen”. Impondría una alícuota entre el 1,0 y el 1,7 por ciento para los patrimonios mayores a un millón de euros, y del 2,0 por ciento para los de dos millones.
En Rusia, el presidente Vladimir Putin anunció que aplicará un impuesto del 15 por ciento a los dividendos en las cuentas extranjeras y un impuesto del 13 por ciento a los depósitos bancarios de más de un millón de rublos, que afectará sólo al 1 por ciento de los titulares.
En Italia, diputados del oficialismo estudian establecer una “tasa Covid” que radica en aplicar un impuesto del 4 por ciento a aquellas ganancias anuales que se encuentren entre los 80 mil y los 100 mil euros; un 5 por ciento entre 100 mil y 300 mil; un 6 por ciento entre 300 mil y 500 mil euros, y un 8 por ciento por encima del medio millón de euros. Estarán exceptuados los médicos.
También en Suiza hubo una propuesta opositora para aplicar un impuesto único del 2 por ciento sobre las fortunas superiores a los 3 millones de francos. Lleva el nombre “impuesto de solidaridad de coronavirus” y fue llevada a cabo por el partido obrero.
En Reino Unido y Alemania también está el debate público instalado y promovido por la oposición, pero todavía no hubo propuestas concretas.
En América Latina también son las oposiciones las que lideran las propuestas. En Brasil hay 4 proyectos presentadas al Senado. Un diputado del PT propuso permitir la imposición inmediata del impuesto, dado que en la Constitución está previsto, pero necesita una ley que nunca fue aprobada. Sería del 2,5 por ciento sobre los activos que superen los 50 millones de reales, y que quienes se presenten voluntariamente tendrán una reducción de la alícuota al 1,5 por ciento.
En Perú un partido con presencia en el Congreso propuso que las personas físicas y jurídicas que facturen más de un millón de soles por año paguen un impuesto solidario de 1 por ciento y que ascienda hasta 3 por ciento cuando se superen los 50 millones de soles.
En Chile, la diputada Camila Vallejo presentará en el Congreso una propuesta realizada por el Partido Comunista. Consistirá en un impuesto a la riqueza dirigido al 1 por ciento más rico del país, con una tasa anual del 2 por ciento, que se cobrará hasta que la distribución de la riqueza sea, medida por el Gini, del 0,25, dado que estiman que el 1 por ciento de la población concentra el 30 por ciento de la riqueza.
En Bolivia el sector del MAS de Evo Morales tiene una propuesta en elaboración, y en Ecuador el sector alineado a Rafael Correa empuja la iniciativa, aunque en este país la única persona que tiene atribución legislativa para definir en cuestiones tributarias es el presidente, en este caso Lenín Moreno.
Página/12