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Layla Quintar, psicóloga del Centro de Asistencia y Orientación de las Adicciones El Umbral, aseguró en diálogo con El Submarino que casi todos los casos que reciben son de jóvenes de 17 a 25 años adictos a la pasta base o paco, y dijo que si el consumidor no tiene la voluntad de recuperarse, el 99 por ciento reincide luego de un tratamiento.
—¿Han advertido aumento en el consumo de drogas desde la institución?
—Desde que abrimos El Umbral, en 1996, aumentó casi un 400 por ciento. En aquel año éramos tres psicólogas y atendíamos a un consumidor por día cada una. Ahora somos cuatro profesionales habilitados más seis colaboradores voluntarios, que trabajan ad honorem, y cada uno atendemos cinco o seis personas por día.
—¿Qué tipo de adicciones predominan?
—Casi la totalidad, son con pedidos de internación, de urgencia, por consumo de pasta base o paco. Muy de vez en cuando viene algún caso por consumo excesivo de marihuana o por consumo de cocaína, pero son los menos.
—¿Cómo está Jujuy para atender a estos casos?
—Tiene como para salir de la urgencia. Ahora está las guardia del San Roque que se abrió, entonces por lo menos una urgencia se puede derivar. Y está el (Centro de Rehabilitación doctor Vicente) Arroyabe, que tiene para una primera etapa de desintoxicación y luego la comunidad terapéutica. Pero para la cantidad de casos que hay, es muy insuficiente, sirve solo como urgencia. Incluso últimamente estamos internando en el hospital neuropsiquiátrico.
—¿Y derivan también fuera de la provincia?
—Sí, derivamos a la Asociación Civil Betania, en Salta, si el paciente tiene ciertos recursos, porque hay que sostener las primeras semanas. También a La Rioja, a Entre Ríos y ocasionalmente a Buenos Aires.
—¿Ustedes qué servicio dan en El Umbral?
—Se hace la admisión, un diagnóstico, y si es posible se hace un tratamiento ambulatorio, pero si no, derivamos a la institución que tenga lugar o que sea más adecuada. Y damos la contención y orientación familiar.
—¿Cuál es el rango de edad donde hay más casos?
—La mayoría está entre los 17 y 25 años.
—¿Hacen un seguimiento de los pacientes? ¿Qué grado de recuperación hay?
—Cuando los pacientes son obligados a hacer tratamiento, a internarse, no se recupera ni el 1 por ciento, así de pesimista soy. Los casos en los que hubo recuperación fueron aquellos en los que el consumidor dijo ‘quiero que me interne porque ya no aguanto’. Sin ganas, voluntad o decisión del consumidor, generalmente salen de la internación, después de un año o dos años, y van a buscar más.
