Por el estado de salud psicofísica de la víctima, se suspendió el juicio oral que debía comenzar este miércoles, en el que el sargento Jesús Ayarde está acusado del delito de «abuso sexual con acceso carnal», cometido contra una mujer voluntaria en el Grupo de Artillería de Montaña (GAM) 5.
El Tribunal decidió posponer el inicio de las audiencias hasta completar una serie de pericias sobre el estado de salud de la mujer, quien desde el momento en que radicó la denuncia, hace más de dos años, atraviesa una situación de alta vulnerabilidad por los padecimientos que sufrió.
Raúl Domínguez, abogado que representa a la víctima, explicó a El Submarino Radio (FM Conectar 91.5) que «con un criterio de razonabilidad, se consideró, con buen criterio lógico jurídico, evaluar la situación de la víctima para priorizar el estado de salud de mi asistida».
El letrado aclaró que se trata de una postergación, y que la fecha del inicio del juicio oral «se va a resolver con un examen pericial psiquiátrico con intervención de las partes, con peritos del Ministerio Público de la Acusación y del equipo interdisciplinario del Poder Judicial».
«El tribunal quiere tener información precisa y contundente de si mi asistida está en condiciones de afrontar el proceso y estar presente en el juicio», agregó Domínguez.
En caso de que se llegue a la conclusión de que la mujer no está en condiciones de hacer frente a las audiencias, se considerarán otras alternativas. Existen antecedentes de procesos orales en los que las víctimas son excusadas de participar de todo el debate. En juicios por delitos de lesa humanidad, por ejemplo, el o los acusados son retirados de la sala para que las víctimas sobrevivientes presten su testimonio sin tener que enfrentarlos.
El tribunal de este juicio está integrado por los jueces Felicia Barrios, presidenta de trámite, Luciano Yapura y Alejandra Tolaba. El fiscal de la causa es Marcelo Cuellar, mientras que ejerce la defensoría del acusado el letrado Manuel Chavarría.
La soldada voluntaria denunció hace dos años que Ayarde la violó en un descampado en la zona de Reyes en agosto de 2019. La mujer había ingresado al Ejército dos meses antes y luego de aprobar el curso de Introducción Básico, fue destinada a cumplir funciones en la Batería de Tiro A del Regimiento de Artillería 5. Durante varios meses debió soportar el acoso sexual en forma diaria y cotidiana, hasta que sufrió el abuso.
Luego de la violación, Ayarde siguió sometiéndola, con la protección y el blindaje del Ejército Argentino en sus predios. Llegó a amenazarla con que la mataría «de un tiro en la cabeza» si no pedía la baja de la institución.