Destacamos
Foto: Télam

El documento que se leyó en Plaza de Mayo: ‘La paz social es una responsabilidad colectiva’

Frente a una multitudinaria movilización en la Plaza de Mayo, se leyó esta tarde un documento titulado «La paz social es una responsabilidad colectiva», en repudio al atentado sufrido este jueves por la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner.

En el texto, que fue leído por Alejandra Darín, secretaria general de la Asociación Argentina de Actores, se afirma que «nadie que defiende la República puede permanecer en silencio o anteponer sus diferencias ideológicas al repudio unánime».

Sobre el escenario se ubicaron miembros del gabinete, gobernadores, referentes sindicales, políticos y de derechos humanos. Entre otros, estuvieron Andrés Larroque, Héctor Daer, Roberto Baradel, Hugo Yasky, Mayra Mendoza, Jorge Taiana, Sergio Massa, Juan Manzur, Horacio Pietragalla, Axel Kicillof, Jorge Capitanich, Cristina Álvarez Rodríguez, Estela de Carlotto y Taty Almeida.

Tras describir el contexto en que se produjo el ataque a la Vicepresidenta y mencionar las expresiones de odio que se manifestaron desde sectores de la oposición, afirma: «La vida democrática es incompatible con el accionar de minorías violentas que pretenden llevar de las narices al resto de la sociedad, u obligar a determinada dirigencia a tomar posiciones cada vez más sectarias con tal de contentar a esa supuesta clientela electoral».

«En honor a todos nuestros compatriotas es que hacemos este llamamiento a la unidad nacional pero no a cualquier precio: el odio afuera», cierra el documento.

Finalizada la lectura, la plaza entera entonó las estrofas del Himno Nacional Argentino.

El texto completo

La paz social es una responsabilidad colectiva

Frente al intento de asesinato de la principal dirigente política del país, nadie que defienda la República puede permanecer en silencio o anteponer sus diferencias ideológicas al repudio unánime que esta acción depara.

No hay manera de relativizar ni minimizar un intento de magnicidio. La solidaridad y el repudio de dirigentes de toda América Latina, de los EEUU, de Europa y del Papa Francisco, muestran que el mundo comprende cabalmente la gravedad de lo ocurrido. En el mismo sentido se expresó el movimiento obrero organizado, entidades empresarias, comunidades religiosas, asociaciones deportivas y demás organizaciones intermedias del país. También gran parte de la dirigencia política nacional, a quienes agradecemos que comprendan que la convivencia democrática debe prevalecer sobre cualquier desacuerdo político.

El “límite”, del que hemos oído hablar mucho en las últimas horas, no se cruzó ayer. Si no queremos que la intolerancia y la violencia política arrasen con el consenso democrático que hemos construido desde 1983 a la fecha, debemos contextualizar lo ocurrido anoche contra la vicepresidenta Cristina Kirchner: Desde hace varios años, un sector minúsculo de la dirigencia política y de sus medios partidarios, viene repitiendo un discurso de odio, de negación del otro, de estigmatización, de criminalización de cualquier dirigente popular o afín al peronismo, y aún de cualquier simpatizante. Todos hemos visto movilizaciones donde se pasearon por las plazas más importantes de la Capital Federal bolsas mortuorias, ataúdes o guillotinas.

No es inocente ni gratuita la legitimación de discursos extremos, de llamados a la agresión, de planteos que niegan legitimidad democrática del adversario político. Nadie es individualmente responsable por las acciones de otros, pero quienes cedieron minutos de aire a los discursos de odio deberán reflexionar sobre cómo han colaborado para que lleguemos hasta esta situación.

La vida democrática es incompatible con el accionar de minorías violentas que pretenden llevar de las narices al resto de la sociedad, u obligar a determinada dirigencia a tomar posiciones cada vez más sectarias con tal de contentar a esa supuesta clientela electoral.

La convivencia en el marco de un orden democrático también es el umbral de las condiciones necesarias para el desarrollo de nuestros hijos y nuestras hijas. El daño que producen las acciones y las palabras violentas en las mentes de niños y niñas es una condena para el futuro de la Argentina.

El pueblo argentino está conmovido, impactado por lo ocurrido, incluyendo a millones que no simpatizan con Cristina ni con el peronismo. En honor a todos nuestros compatriotas es que hacemos este llamamiento a la unidad nacional pero no a cualquier precio: el odio afuera.

Dejá tu comentario. [Nos reservamos el derecho de eliminar los contenidos ofensivos o discriminatorios.]

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.

x

Check Also

Se inició el juicio por Tehuel de la Torre: El pacto de silencio

Este lunes comenzó el juicio oral y público contra un hombre acusado por el delito de homicidio agravado en contexto de ...