El Gobierno y la oposición de Venezuela retomaron el diálogo en México con la firma de un acuerdo parcial que «impulsará importantes avances para la protección social del pueblo venezolano», indicaron las delegaciones.
«Es una esperanza para toda América Latina», manifestó el canciller mexicano, Marcelo Ebrard, al dar inicio al acto en el que las partes suscribieron el texto que abre una nueva ronda de diálogo, después de una pausa de más de un año.
«Celebraremos la suscripción de un acuerdo parcial que también impulsará importantes avances para la protección social del pueblo venezolano, además se establecerá un mecanismo de verificación en el marco del mencionado acuerdo», expresó el jefe negociador de Noruega, Dag Nylander, tras leer el comunicado.
«El acuerdo ha reforzado nuestra convicción de que este proceso es la mejor vía para encontrar una solución política e incluyente para Venezuela», añadió junto a los representantes del gobierno venezolano, Jorge Rodríguez, y de la llamada Plataforma Unitaria, Gerardo Blyde.
Avances y acuerdos sobre Venezuela en los diálogos que se llevan a cabo en Ciudad de México pic.twitter.com/8ZLNlvZV84
— Marcelo Ebrard C. (@m_ebrard) November 26, 2022
Alivio
Este acuerdo, además de aliviar la crisis política y económica del país caribeño, podría allanar el camino para descongelar las sanciones petroleras que le impuso Estados Unidos, que manifestó su respaldo al retorno de las conversaciones.
Al llegar este viernes a Ciudad de México, Rodríguez anticipó a la prensa que uno de los objetivos de esta primera ronda de diálogo es «firmar con un sector de la oposición venezolana un amplio acuerdo social».
Se refería a un pacto que liberaría recursos venezolanos bloqueados en el extranjero, según había adelantado el Gobierno, sin precisar dónde se encuentran esos fondos ni su monto.
El dinero serviría, entre otras cosas, para aliviar el colapso de servicios básicos en un país donde la pobreza golpea a ocho de cada diez personas, según la Encuesta Nacional de Condiciones de Vida (Encovi), un estudio publicado el 10 de noviembre.
La delegación también llega a México para «cumplir su papel de defender la paz, el derecho que tenemos (…) de vivir en paz», añadió Rodríguez, presidente de la Asamblea Nacional (Parlamento).
El presidente Nicolás Maduro exige principalmente el levantamiento de las sanciones de Estados Unidos al Gobierno venezolano, que incluyen un embargo petrolero y el bloqueo de activos.
Por su parte, en estas negociaciones la Plataforma Unitaria aspira a concretar soluciones para la «crisis humanitaria, el respeto a los derechos humanos (…) y especialmente» garantías para «elecciones libres y observables», según adelantaron en un comunicado.
Sin embargo, una fuente vinculada al proceso dijo a la agencia de noticias AFP que aún no hay consenso sobre los próximos comicios, que en teoría deberían celebrarse en 2024, y sus condiciones.
La firma del segundo acuerdo parcial entre el Gobierno Bolivariano que presido y la Plataforma Unitaria de una de las oposiciones, abre paso a un nuevo capítulo para Venezuela, en función de seguir avanzando hacia la Paz y el bienestar que todas y todos los venezolanos anhelamos. pic.twitter.com/PcVeXKlDbM
— Nicolás Maduro (@NicolasMaduro) November 26, 2022
Acusaciones
La oposición acusa a Maduro de haber logrado la reelección en 2018 de manera fraudulenta. Estados Unidos y los países europeos tampoco reconocen esos comicios.
Basado en esa denuncia e invocando su condición de líder del Parlamento, el dirigente opositor Juan Guaidó se autoproclamó presidente de Venezuela en 2019 con apoyo de medio centenar de países, encabezados por Estados Unidos.
Pero su imagen se erosionó ante un nuevo escenario internacional que cambió por completo en el último año desde la invasión de Rusia a Ucrania y las potencias se vieron obligadas a buscar fuentes de energía alternativas.
Sobre la mesa de negociación están los permisos para que la multinacional estadounidense Chevron se despliegue en Venezuela para mejorar su industria petrolera y el retorno de la empresa petrolera francesa Total, abriendo una fuente alternativa de suministro para las naciones occidentales que boicotean el crudo ruso.
Venezuela tiene las reservas de petróleo más grandes del mundo y solía bombear más de tres millones de barriles por día. Sin embargo, la expulsión de la mayoría de las petroleras extranjeras y las sanciones de Estados Unidos al crudo del país redujeron la producción a muy por debajo de un millón de barriles por día.