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El Gobierno chileno, encabezado por el presidente Gabriel Boric, inició el despliegue del personal militar que desde este lunes y por 90 días estará a cargo del resguardo de las fronteras como respuesta a la crisis de migración.
La decisión fue tomada ante numerosas quejas por la inseguridad que siguen latentes en las comunas interiores y costeras de las regiones de la zona norte de Chile, según explicó el Gobierno de Boric.
El anuncio se hizo la semana pasada, amparándose en la Ley de Resguardo de Infraestructura Crítica aprobada en enero, poder desplegar fuerzas militares para apoyar el orden y control público en las fronteras de las regiones de Arica y Parinacota, Tarapacá y Antofagasta.
Este domingo comenzó el movimiento de camiones militares en dirección a la montaña, particularmente hacia la zona de Colchane, pero también en Arica y Ollagüe en Antofagasta.
De acuerdo a medios de prensa locales de la derecha, la comunidad confía en que baje al menos el ingreso de extranjeros por la frontera de esas zonas. Según acusan, desde hace tres años ha venido con fuerza lo que denominan una avalancha extranjeros de diversas nacionalidades de Centro y Sudamérica.
El gobernador de Tarapacá, José Miguel Carvajal, agradeció que el Gobierno central escuchara a las autoridades del norte que pedían justamente el despliegue militar. Por su parte, el subsecretario del Interior, Manuel Monsalve, justificó que el despliegue de las fuerzas militares servirá no solo para controlar el ingreso de migrantes, sino también el tráfico y la trata de personas.
