Por Leandro Renou, en Página/12. Mientras el Gobierno de Javier Milei produce la recesión y vende la ficción de la cercanía de una recuperación en «V», los datos de la actualidad muestran que, en realidad, la crisis recién acaba de empezar y no solo golpeó a las pymes, sino que empezó a derrumbar a las empresas más grandes del país.
Gigantes como Acindar, Longvie, General Motors, Toyota, Petroquímica Río Tercero y las grandes firmas de alimentos están en una situación más que compleja en la que se dividen entre las que cierran, las que paran plantas, suspenden personal, despiden y hasta se ven obligadas a frenar la producción por el combo de derrumbe en las ventas y falta de divisas para importar porque el Gobierno tiene pisados los pagos.
Todo condimentado con un dólar planchado y un desplome de ingresos y jubilaciones, que promete con niveles de demanda al menos estancados.
Según confiaron a Página/12 fuentes de las diferentes empresas, la mayoría de las fábricas están con una parada de actividad de un mínimo de 15 días, con procesos de retiros voluntarios abiertos (es decir, sin plazos, el que se quiere ir se va) y con negociaciones de suspensiones con reducciones salariales del 20 al 25 por ciento.
Al leading case de la acerífera Acindar, de la multinacional ArcelorMittal, —quien ya a principios de año paralizó sus plantas, entre ellas la de Santa Fe—, por la paralización de ventas consecuencia del freno de Milei a la obra pública, se suman más casos de manera diaria. De hecho, la misma Acindar decidió prolongar de manera indefinida el apagado de sus hornos, por una crisis a la cual no le ven salida rápida. En esa línea, en las últimas horas hubo dos grandes automotrices que anunciaron planes de retiro voluntario y parate de planta.
La referencia es para la estadounidense General Motors (GM), que anunció el freno hasta el 14 de abril de su planta en la localidad santafecina de Alvear. Además de la caída de la actividad, la fábrica está afectada «por los inconvenientes con el suministro de piezas de proveedores afectados por con los pagos al exterior».
En pocas palabras, el Gobierno no solo les vendió a los importadores un bono para dentro de varios años para pagarles importaciones viejas, sino que tampoco libera flujo para las nuevas. De este modo, el personal de planta fue suspendido y sigue operativa la parte administrativa. A decir verdad, ya en diciembre GM había frenado la producción hasta marzo por las mismas razones, y la reactivación duró sólo unos días.
En consonancia, la japonesa Toyota anunció un plan de retiro voluntario para 400 trabajadores. Esto se dio a semanas de haber anunciado un plan de inversiones. La medida se tomó en el marco del proceso de reestructuración que la compañía diseñó y no solo incluye la reducción de personal sino también el recorte de horas extras de los operarios que continúen en las líneas de producción.
El detalle de la medida muestra que el recorte de personal va de la mano de la paralización de la producción los días lunes. En paralelo, por caídas en los mercados de exportación, la automotriz decidió bajar de 186 mil a 160 mil la cantidad de unidades que se producirán este año.
Línea Blanca e insumos químicos
La fábrica de electrodomésticos Longvie, en Paraná, Entre Ríos, tiene 230 trabajadores, de los cuales la mitad quedarán suspendidos, consecuencia de la caída del consumo. En esa fábrica se producen termotanques, calefones y estufas.
El sector electro es uno de los más golpeados por la crisis, con caídas de hasta 50 por ciento en las ventas. Lo que argumentan fuentes de la empresa es que no se puede producir más cuando el consumo se derrumba.
En principio, las suspensiones son por marzo y abril y el programa de parate de plantas alcanzará, de acuerdo a fuentes de la negociación, a las fábricas de la compañía en Villa Martelli, provincia de Buenos Aires (fabrican allí cocinas, hornos y anafes) y la de Catamarca, que produce lavarropas.
En Córdoba se sitúa la Petroquímica Río Tercero (PR3), uno de los más grandes proveedores de espuma de poliuretano. Por medio de un comunicado dado a conocer en las últimas horas, se informó que frenan la producción por un mes para buscar soluciones a la crisis. “La situación que afecta a todo el sector en materia de caída de ventas, sumado a que los costos de la cadena de valor han continuado incrementándose, hacen necesario reajustar su capacidad de producción conforme a los actuales niveles de actividad”, indicó el comunicado.
En el mismo texto se grafica que desde enero, los clientes de la empresa se vieron impactados por la caída en las ventas de sus sectores y, por eso, dejaron de comprar el insumo.
El consumo pasó a mejor vida
Las empresas de gaseosas y bebidas, como Coca Cola, Quilmes, la chilena CCU y Nestlé trabajan, según supo este diario, con un derrumbe en las ventas de dos dígitos. «Ahora se viene lo peor», avisan, porque ya terminó la temporada alta de consumos.
De acuerdo a cifras de la Unión Industrial, el sector alimentos y bebidas está, por primera vez en muchos años, a punto de entrar en niveles negativos de producción. Algo particular porque, en general, el sector crece en relación al crecimiento poblacional, aunque sea marginal.