El Submarino Jujuy Noticias de Jujuy, Argentina y el mundo
En su ampliación de indagatoria, el represor Rafael Braga, procesado por privación ilegítima de la libertad, torturas y homicidio, entre otros delitos, dijo que su rol en el accionar represivo de los años 70 consistió solo en obedecer órdenes de sus jefes.
El ya condenado a perpetua por delitos similares Braga declaró este jueves ante el Tribunal Oral Federal de Jujuy, en el marco del juicio que investiga los hechos vinculados con el secuestro, entre 1976 y 1977, de 17 militantes del Partido Comunista, nueve de los cuales permanecen como desaparecidos.
La declaración de Braga se realizó mediante videoconferencia, ya que está alojado en el penal de Marcos Paz, donde cumple una condena a perpetua que le fue aplicada en el primer juicio por delitos de lesa humanidad que se desarrolló en la provincia.
En la última etapa de este cuarto juicio sobre delitos cometidos en Jujuy durante la última dictadura, Braga echó mano a un viejo recurso de los represores cuando deben enfrentar un proceso judicial: apuntar a quienes eran sus superiores militares en el momento de los hechos. En este caso, el excomandante del Tercer Cuerpo del Ejército, Luciano Benjamín Menéndez, el general con más condenas a prisión perpetua en la historia argentina, vinculado a más de un centenar de causas por delitos de lesa humanidad, y el que era en esos años jefe del RIM 20 y titular de la temible Área 323, Carlos Bulacio, ya fallecido.
Braga precisó que en el Área 323 que operaba en la provincia “existía como una comunidad informativa en la que los máximos jefes de cada área y encargados del ejecutivo se reunían una vez por semana”.
