Parece broma, pero no lo es. Quizá se asemeja más a un cinismo, ciertamente macabro. Mientras los especialistas en economía, muchos de ellos cercanos al gobierno macrista, anuncian que -como base- la inflación de 2018 rondará el 20 o 22%, a los trabajadores y trabajadoras enrolados en el gremio de los bancarios, se les ha ofrecido una paritaria de apenas el 9%.
En este escenario, la Asociación Bancaria convocó a un paro nacional de actividades, en todos los bancos públicos y privados de país, para el próximo viernes 9 de febrero.
Ante el fracaso de las negociaciones paritarias, en las que les fue ofrecido un miserable incremento salarial, el titular del gremio, Sergio Palazzo, salió al cruce de las negociaciones.
Durante una conferencia de prensa brindada tras un plenario nacional de secretarios generales de seccionales bancarias de todo el país, en la sede de la entidad sindical, Palazzo apuntó contra la patronal por ser «funcional al Gobierno».
Dijo que los trabajadores pueden «aguantar seis o siete meses de ahogo» pero se preguntó «si los bancos pueden aguantar un conflicto de 10, 20 ó 30 días».
En ese sentido dijo que «a los dos o tres días, los bancos chicos tienen que cerrar o darnos el aumento». «¿Qué provincia que tiene a un banco privado como agente financiero se aguanta tres o cuatro días sin plata?», preguntó.
Palazzo le pidió al plenario de secretarios generales que faculten a la conducción nacional del gremio a «realizar paros de 24, 48 y 72 horas a nivel nacional y los que sean necesarios durante el mes de febrero, comenzando con un paro nacional de 24 horas el viernes 9 de febrero».
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