Comunicarnos… un espacio que debemos recuperar

Por Julio Flores

Absorbidos, tal vez por la vorágine laboral y la velocidad de la noticia e información, los periodistas jujeños nos hemos olvidado de comunicarnos, herramienta que debemos recuperar y utilizar como un espacio de diálogo, intercambio, contención profesional y de análisis profundo de nuestras problemáticas comunes.

Sin darnos cuenta nos dejamos llevar por las circunstanciales críticas y reclamos a las instituciones que nos contienen, justamente de no generar un escenario donde podamos articular ideas de intercambio profesional y reforzar así los reclamos que hagan valer nuestros derechos labores como hombres y trabajadores de prensa.

Quizás como viejas costumbres, atrás quedaron esas diarias reuniones entre colegas para hablar de lo nuestro, de nuestras necesidades, de nuestras aspiraciones y de nuestro constante deseo hacer cada día más grande nuestra profesión.

Y nos damos cuenta que los casuales encuentros en una conferencia de prensa o en una cobertura periodística… no alcanzan para dimensionar la necesidad que debemos obligarnos a recuperar y comunicarnos a través de un diálogo enriquecedor que haga trascender es espíritu de hombres y mujeres de un periodismo exquisito que responda a las expectativas de una sociedad, ávida de ser escuchada y que nos tiene como instrumento inmediato de contención.

Esta es una deuda pendiente que tenemos nosotros mismos para permitirnos el cruce de pensamientos entre las viejas y nuevas generaciones de comunicadores sociales. Hoy solo nos enfrascamos en hacer notar esas diferencias, además de los profesionales por cumplir nuestra tarea en uno u otro medio, como si eso nos daría el título de periodistas.

A la par tenemos un gigante avance tecnológico y un desafiante espacio de redes sociales, que parecen competir con nuestra diaria tarea y nos quedamos en darle más importancia a esas herramientas de trabajo que en perfeccionar nuestra profesión comunicándonos y compartiendo la exquisita experiencia de la calle, de la ciudad, de la gente y el periodismo.

Creo que todo momento es oportuno para recuperar algo de lo que simplemente nos olvidamos, pero que está ahí…, esperándonos y pidiéndonos solamente que dejemos atrás todo egoísmo y diferencias porque lo importante al comunicarnos es que estamos aportando más conocimiento a nuestro trabajo y dándoles un valor real a ser periodistas…

Así consideramos también que el intercambio informativo constante por un grupo de whatsApp o red social nos mantiene comunicados, pero no unidos como un grupo de periodistas que pueda emitir una opinión colectiva y pronunciarnos públicamente, fijando posición de uno u otro tema que nos diferencie de otros sectores ante la sociedad de la cual también somos parte.

Todos los tiempos son oportunos para encontrarnos, más si recordamos aquellos donde prevalecían los hábitos y valores humanos en tiempos de redacción en que las jugadas eran nuestras, donde la bajada de loba tenía sabor a anécdotas, donde el movimiento de las piezas de ajedrez jugaban la bonita idea de compartir, donde los tejos de un sapo volaban a la par de carcajadas, un acullico, un pucho y los brindis. Espacio donde el retruco y el vale cuatro tenían el sabor del compromiso y profesionalismos de los trabajadores de prensa. Ni hablar de los eternos cafés, momentos en los que surgían intercambio de datos, ideas y hasta fórmulas para encarar tal o cual investigación periodística

Ahí estábamos todos, no importaba cual era el escenario, si eras mejor o no, si eras de este u otro medio de comunicación, era nuestro tiempo, era nuestra forma de comunicarnos compartiendo experiencias laborales y profesionales y para hablar de las cosas nuestras….

Mi sensible visión será tal vez interpretada como una locura, como un vago pensamiento solitario…y no nos damos cuenta de que los sectores de poder avanzan en marcarnos todos los días las reglas de juego y no nos damos cuenta que los periodistas somos nosotros y que también podemos decidir cómo darle valor a nuestra profesión…

Entonces creo que es oportuno retomar esa brillante idea la manejaban aquellos maestros del periodismo jujeño para transmitirlas en las nuevas generaciones. “Hay que hacer escuela” solían reiterarnos permanentemente mientras nos enseñaban sus mágicas fórmulas para ser buenos trabajadores de prensa. El tiempo va demostrando que no estaban equivocados, hoy muchos seguimos esos pasos, solo nos falta volver a comunicarnos en complicidad profesional para sostener la pluma intacta la Pluma del Periodismo.

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