Jones Tamayo y “Piscina” Salinas deberán responder por nuevos hechos en su contra

El jueves 13 de diciembre se realizó la 19ª audiencia del mega juicio por delitos de lesa humanidad en Jujuy. En la oportunidad declararon Luis Aredez, hijo de desaparecido, quien brindó declaratoria desde el Tribunal Oral Federal de Tucumán mediante una videoconferencia; Domingo Horacio Díaz y María Azucena Cortez, ambxs ex presxs político del Dpto. de Ledesma que la hicieron presencial.

La próxima y última audiencia debate de 2018 será el 20 de diciembre a las 8,30 en el Tribunal Oral Federal sito en Senador Pérez 182 de la ciudad de San Salvador de Jujuy.

Al inicio de la audiencia, la secretaria leyó la existencia material de hechos referentes a nuevas víctimas de los imputados Juan Carlos Jones Tamayo, quien se desempeñó como jefe de inteligencia del ejército argentino del área 232 y capitán perteneciente al GAM 5 de Jujuy, antes y durante la dictadura militar y contra Bernardo “Piscinas” Salinas, agente de plaza de la seccional 24 de Libertador General San Martín, quien fuera un perverso represor violador de la zona de Calilegua y Libertador.

Entre los nuevos hechos de los que se los acusa figuran los siguientes casos:

Reynaldo Aragón (detenido desaparecido) fue secuestrado ilegalmente en 1975, padeció torturas y tormentos durante su permanencia en el penal de Gorriti y luego lo sacaron del lugar en diciembre de 1976. A partir de ese momento no se supo nada más de él.

Pablo Chalabe (detenido desaparecido) fue detenido por primera vez en 1976 y nuevamente en julio de 1977 por la policía cuando se encontraba realizando trámites en la localidad de El Carmen y fue alojado en el penal de Gorriti. Los secuestradores persiguieron, interceptaron y se introdujeron en el vehículo que manejaba la víctima y desde ese momento permanece en calidad de desaparecido de la dictadura. Su auto fue visto en el RIM 20 luego de su desaparición.

Eva Delicia Garrido (detenida desaparecida) fue detenida en su domicilio por orden de Bulacios el 25 o 26 de marzo de 1976 y llevada a la comisaría 9 de San Pedro. En abril fue trasladada al servicio penitenciario de Gorriti y luego al penal de Devoto desde donde recuperó su libertad. Eva emprendió su regreso a Jujuy y se instaló nuevamente en San Pedro. El 25 de julio de 1977 fue secuestrada nuevamente, su familia recibió una serie de cartas supuestamente de su autoría donde pedía dinero, pero nunca más se supo de ella.

Marina Leticia Vilte (detenida desaparecida) fue detenida por primera vez el 24 de marzo de 1976 durante un allanamiento en su domicilio a cargo del ejército y la policía, permaneció dos semanas en Gorriti donde sufrió tratos inhumanos. Fue liberada por el alférez Pérez en abril del ’76. El 31 de diciembre de ese mismo año fue secuestrada nuevamente de su domicilio junto a su hermana Selva, quien fue liberada en las afueras de la ciudad y de Marina nunca se supo más nada.

Máximo Alberto Tell (detenido desaparecido), fue detenido por primer en mayo de 1976 y alojado en la cárcel de Gorriti donde estuvo aproximadamente un mes. Un año después, el 13 de mayo de 1977 fue secuestrado junto a su pareja Teresa Sarrica. Ambos permanecen en calidad de desaparecidos.

Armando Tilca (detenido desaparecido) detenido ilegalmente el 11 de junio de 1974. Alojado en el penal de Gorriti, trasladado a la unidad 9 de La Plata en octubre de 1976. El 3 de febrero de 1977 fue trasladado nuevamente hacia Jujuy, paso previo por el Comando Radioeléctrico, es confinado otra vez y en el penal de Gorriti. El 10 de mayo de 1977 quedó a disposición del PEN, el 1ro de julio de ese mismo año, fue sacado de la unidad penitenciaria junto a Narciso Santiestaban, ambos de la JP. Cuando su padre fue a buscarlo, le informaron que Tilca ya había salido del lugar, pero nunca más lo vieron.

Juan Bautista Lazarte (ex preso político) fue detenido el 7 de abril de 1976 por la policía de la provincia durante un allanamiento en su domicilio, donde reconoció a Vázquez y Baca como los encargados del operativo. Desde la central policía lo llevaron a Gorriti donde permaneció 6 meses. Lo acusaron de tener conexiones con la organización montonera y amistad con “Tamalito” y “Arroyo”. Luego, lo trasladaron vía aérea a la unidad 9 de La Plata donde estuvo en una celda junto a Avelino Bazán. En 1977 fue liberado.

Jones Tamayo deberá responder como autor mediato de los hechos arriba mencionado y de Juan Ángel Robles, víctima que ya integra este proceso penal. Por último, se leyó el material probatorio María Azucena Cortez quien declaró como testigo en la jornada.

La audiencia debate continuó con las declaratorias de los testigos. Desde el Tribunal Oral Federal de Tucumán, mediante videoconferencia, declaró Luis Ramón Aredez, quien lleva el mismo nombre de su padre, el cual permanece en calidad de desaparecido. Luis (hijo) contó que en marzo del año ’76 tenía 17 años y que, en la noche del 24, él se encontraba durmiendo con su hermano Ricardo en una habitación del primer piso.

Mencionó que esa madrugada en su casa de Libertador, vehículos con militares se estacionaron afuera y llamaron a la puerta, cuando sus padres atendieron, detuvieron a su papá, lo subieron en una camioneta y se lo llevaron al penal de Gorriti para luego trasladarlo vía aérea a la unidad 9 de La Plata. Después Aredez –padre- recuperó su libertad el 24 de enero de 1977 y viajó en tren hacia Tucumán, allí se encontró con él y otros familiares.

Luis contó que estaba muy deteriorado física y mentalmente a tal punto que cuando pasó por su lado no lo reconoció, además dijo que escuchó cuando su padre comentó a su familia que en la cárcel le habían pedido que se vaya. Según el testimonio de Luis Aredez hijo, su padre nunca quiso dar detalles de lo sucedido porque no quería dejarle a su familia ninguna carga ni odio por el daño que le habían hecho.

El 13 de mayo del mismo año, cuando volvía en su camioneta desde hospital de Fraile Pintado donde trabajaba hacia Libertador General San Martín, al llegar al control policial de El Quemado, su papá, Luis Aredez, fue secuestrado sin volver a tener noticias de él. El testigo recordó que, en una oportunidad, su madre se reunió con Lemos para preguntarle el motivo de la detención de su padre y que el gerente de Ledesma le respondió que Aredez le había hecho mucho daño a la empresa.

Finalmente, Luis concluyó diciendo que a sus 60 años cada vez que averigua, piensa o investiga sobre lo sucedido siempre llega a la conclusión de que todo el daño lo hicieron solo por dinero.

Domingo Horacio Díaz testimonió que fue detenido el 20 de julio de 1976 en su domicilio, donde se encontraba durmiendo. Dijo que el comisario Vilte estuvo a cargo del operativo del allanamiento en su domicilio, le dijo que se abrigue bien porque quedaba detenido y se lo llevaban a Jujuy. Seguidamente, lo subieron a una camioneta de la policía junto a Oscar Maldonado, María Rodríguez, Cordero y Lito, quienes ya estaban arriba del vehículo.

Luego en un camión del ejército emprendieron un viaje de tres horas con destino al CCD de Guerrero. Relató que le asignaron el número 44. En el lugar los recibieron a patadas y los subieron por unas escalinatas hasta una habitación donde había muchas personas, tanto varones como mujeres. En ese lugar, sufrió tratos inhumanos, torturas y tormentos.

Reconoció a Salvador Cruz, de quién recordó que estaba enfermo, Román Rivero y Juan Carlos Espinoza (desaparecidos), a Carlos Brandán y su hermano Juan Raúl Díaz (sobrevivientes). Reconoció la voz de “Piscinas” Salinas mientras arremetió contra la integridad sexual de Delicia Álvarez, quien se encontraba a unos seis metros aproximadamente de Domingo y aseguró que hicieron lo mismo con “Rita” Eblogia y la “Gorda” Pérez. Posteriormente, lo llevaron a la central de San Salvador, donde le sacaron el vendaje, pudo ver a Oscar Maldonado, al hermano mayor de Rubén Molina, la “Gorda” Pérez y Lito Juárez.

En ese lugar lo llevaron junto a un grupo grande de personas a una sala, donde el comisario Jaig les pidió que se olvidaran de todo lo sucedido y que no dijeran nada. El testigo expresó que eran muchos presos de Calilegua y que afuera de la central estaba lleno de familiares de los mismos. Cuando recuperó su libertad fue directo a la vieja terminal de ómnibus para volver a su casa.

El testigo aseguró que lo detuvieron porque lo confundieron con su hermano, Juan Raúl Díaz, con quien compartían el mismo apodo. Por último, detalló que su hermano, quien también estuvo preso, lo liberaron dos semanas después de su libertad.

María Azucen Cortez fue detenida en su casa durante la noche del apagón en Ledesma por uniformados y personas de civil que le gritaron y pegaron durante el operativo. La sacaron de su domicilio junto a su hermano René Rodríguez y su cuñado Maldonado.

Los maniataron, vendaron y subieron a una camioneta blanca donde ya había otras personas. En la comisaría de Calilegua le colgaron el número 53 en el pecho. Seguidamente, la subieron a la parte trasera de un camión, donde se golpeó la cabeza con la punta de un banco. Cuando María despertó pudo ver que la habían llevado a una especie de hotel donde había mucho verde. La llevaron escaleras arriba y la dejaron en un cuarto grande junto a otras personas.

Allí preguntó quiénes estaban y recordó a su hermano René Rodríguez, Garnica, Hilda Figueroa, quien recibió golpizas en el lugar y Delicia Álvarez. En su estadía en ese centro de exterminio escuchó que el torturador Salinas se acercó a Delicia y Garnica y les dijo que si querían salir debían acostarse con él.

Luego, se las llevaron una a una. María sufrió torturas, tormentos y delitos contra la integridad sexual. En el CCD de Guerrero también escuchó como hicieron lo mismo con otros compañeros. En ese lugar, la interrogaron en una habitación donde estaba Bebe Córdoba, Garnica y su hermano.

Posteriormente, fue trasladada a la central de policía donde estuvo en un baño sin puerta que cumplía la función de celda y donde estuvo junto a Horacio Díaz, Mario Núñez, entre otros presos políticos. Cuando la liberaron fue corriendo al Hospital Pablo Soria, su madre estaba internada allí, estaba tan deteriorada que no la pudo reconocer. Su hermano también fue liberado y su cuñado fue llevado a la unidad 9 de La Plata.

De este nuevo hecho, que también formará parte de la causa, deberá responder Bernardo Salinas como partícipe primario.

Antes de finalizar la audiencia, la abogada María José Castillo, querellante por H.I.J.O.S Jujuy, expresó ante las partes y el tribunal el hecho de violencia de género y discriminatoria que sufrió Eva Arroyo, militante de H.I.J.O.S , por parte de Rodríguez Vega, abogado defensor de represores, a la salida de la audiencia pasada e instó al tribunal a expedirse y sancionar al agresor, ya que lo sucedido se dio en el marco del juicio en transcurso.

Cabe mencionar que el abogado violento se río durante toda la exposición de la abogada. Luego de la deliberación del tribunal, la resolución por mayoría, para asegurar el orden y seguridad en las audiencias, fue el pedido de decoro a los involucrados en el hecho e instó a las partes a prevenir y evitar roces, caso contrario tomarán medidas más severas.

En el momento histórico en el que se inscriben las luchas y reivindicaciones feministas es necesario manifestar nuestro repudio a la resolución del tribunal, que representó un fallido intento de asumir una posición neutral, neutralidad que se traduce en indiferencia, postura inexistente que los coloca del lado de quien atenta contra la integridad física y emocional de la víctima.

Lamentamos que los miembros del tribunal no se hayan actuado al nivel de la gravedad de los hechos misóginos y racistas que llevó adelante el defensor de genocidas, Carlos Rodríguez Vega en contra de nuestra compañera Eva Arroyo. Es decir, ¡NO será justicia!.

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