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A una década de la tragedia de Cromañón, advierten por la falta de controles en boliches de Jujuy

Cuando se recuerda diez años de la tragedia de Cromañón, una de las peores que sufrió el país, que un saldo de 194 muertos y al menos 1.432 heridos, la concejal Alejandra Mollón (Lyder) está trabajando en proyectos que tienden a garantizar mayores controles y seguridad en los boliches de San Salvador de Jujuy. Reflexionó acerca de las condiciones actuales de los locales bailables y remarcó que más de una veintena de jóvenes se quitaron la vida.

“Desde la Audiencia Pública por Seguridad que hemos propuesto desde Lyder en 2012, venimos trabajando en una serie de proyectos que garanticen a los jujeños mayor seguridad y control en el ámbito de los locales de esparcimiento nocturno. Luego de escuchar a vecinos, instituciones, empresarios de actividades nocturnas, referentes del transporte, comerciantes, entre otros, presentamos un Pedido de Informe respecto de los negocios habilitados como locales bailables, hemos instado a brindar las condiciones necesarias en elecciones de reinas de la FNE y exigido que se respeten los espacios libres de humo”, señaló la legisladora.

Mollón advirtió: “A diez años de Cromañón, es preocupante la ausencia de control en los locales nocturnos. Pasó una década y hoy siguen siendo numerosas las denuncias, de los vecinos, por el funcionamiento clandestino de locales bailables, peñas y otros destinos, en contravención a la ordenanza vigente. Esta situación viene dándose hace ya varios años, donde locales sin la habilitación correspondiente funcionan como locales bailables o peñas. Nos preocupa la falta de habilitación, pero también nos preocupa la presencia de menores, que lamentablemente, terminan en estos lugares porque en nuestra ciudad escasea la oferta de esparcimiento sano y que desde nuestra banca hemos bregado por diversificar el ocio en nuestra ciudad.”

Repasó además la situación que se dio inmediatamente después de la tragedia de Cromañón: «Veíamos cómo diversos municipios del país salieron, casi espasmódicamente, a clausurar boliches, a exigir el pleno funcionamiento de las salidas de emergencias, a controlar que estos espacios estén construidos con materiales ignífugos», pero llamó la atención sobre el hecho de que «pasó una década y este rubro volvió a ser tierra de nadie, un ámbito en el que reina la desidia y el descontrol».

«Hoy sabemos y hemos advertido que las salidas de emergencia vuelven a estar bloqueadas con candados, cadenas o mobiliarios del local”, afirmó.

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