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Absolvieron a Luz y Diego: estuvieron presos casi dos años y eran inocentes

Luz Gómez y Diego Romero, la pareja de jujeños acusada de matar a un colectivero en Castelar, fueron absueltos finalmente después de pasar dos años detenidos. La única prueba que los incriminaba era una mochila que ellos habían olvidado en un remis, y una rueda de reconocimiento que se denunció como irregular. “Todavía no caigo que fuimos absueltos. Ojalá todo esto que nos pasó quede como un lejano recuerdo», dijo Luz.

Cuando el secretario del Tribunal Oral Criminal 5 de Morón leyó el veredicto, en la pequeña sala del tercer piso, el silencio ocupó todo el espacio. El público esperaba la reacción de Luz Gómez y Diego Romero. Ellos no hicieron ningún gesto. “Recién entendí cuando mi abogada me dijo al oído: ‘Te absolvieron’. Y ahí me largué a llorar”, contó Luz después de conocer la sentencia. Hace casi tres años que la pareja de jujeños esperaba estas palabras.

 Desde diciembre de 2011 estaban acusados de matar a un colectivero en Castelar ese mismo año. En ese tiempo estuvieron presos por dos años por un crimen que no cometieron. La única prueba que los incriminaba era una mochila que ellos olvidaron en un remis y una rueda de reconocimiento irregular.

 Denunciaron que se trataba de una “causa armada” y que había habido fallas en la instrucción. Hoy, después de un juicio oral que se extendió durante cuatro audiencias, los magistrados confirmaron lo que sus familiares, amigos, militantes y organismos de derechos humanos sabían: eran inocentes.

 “Todavía no caigo que fuimos absueltos. Ojalá todo esto que nos pasó quede como un lejano recuerdo. Ahora tenemos que retomar nuestras vidas con todo lo que quedó en pausa por esta causa”, dijo Luz a Infojus Noticias cuando salió.

 La resolución es un punto de inflexión en estos tres años para Luz, Diego y sus hijas: Zaira y Lucía. Todo lo que se puso en pausa para esta familia ahora comenzará a marchar. Luz retomará sus estudios. Quiere ser abogada y para eso está yendo a la Universidad Nacional de Lomas de Zamora.

 También podrán dedicarse a trabajar en la panadería que improvisaron en su casa en Monte Grande. No tendrán que ir hasta Morón para pedir permiso para viajar a su Jujuy natal. Tampoco para sacar una mesa en la puerta de la casa y vender los panificados que hacían con su novio mientras cumplían prisión domicilia. La fiscalía se las había negado. “A la gente de los sectores más humildes es la que les pasa estas cosas”, reflexionó Luz.

 La audiencia fue breve. Estaba pautada para las 11 y terminó a los pocos minutos. “Por no haber probado la acusación su responsabilidad penal en los delitos de robo agravado por el uso de arma de fuego, portación de arma de guerra y homicidio criminis causa”, explicó el secretario sobre la absolución.

 Cuando Luz reaccionó y abrazó a su compañero, la sala estalló en un aplauso. Cerca de ellos estaba la abogada Gabriela “Chiqui” Conder, ayudante de su defensor, Eduardo “Negro” Soares, que llegó un poco más tarde. El fiscal Marcelo Varona Quinternosian no estuvo. La semana pasada había pedido la pena máxima, los magistrados le contestaron con el fallo que no pudo probar la acusación. Los jueces Susana Leticia De Carlo, Carlos Enrique Thompson y Angélica Parera se fueron rápido.

 “¿Por qué nos hicieron esto? ¿Por qué tuvimos que pasar por todo esto?”, se preguntó Amalia Ortega, la mamá de Luz, entre llantos. Fueron casi tres años de recorrer organismos de derechos humanos contando el caso de su hija.

 Nora Cortiñas estaba en primera fila, como en cada una de las jornadas del debate oral. También los acompañó Pablo Pimentel, titular dela Asamblea Permanente por los Derechos Humanos de La Matanza (APDH). Afuera de los Tribunales los esperaba un grupo numeroso de militantes de derechos humanos. También sus familiares. Cuando Luz y Diego bajaron, los recibieron con otro aplauso.

 Ahora resta aguardar si el fiscal apela la decisión de los jueces. “Estamos esperando que el fiscal apele o no. Después de eso, evaluarán si piden un resarcimiento económico contra el Estado provincial. Pero eso ya corre por la vía civil”, explicó Soares a Infojus Noticias. “De todos modos no hay dinero que pague todo el dolor que vivimos”, opinó Luz.

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