Por H.I.J.O.S. Jujuy. En la historia de la Argentina, el derecho a la identidad fue gravemente vulnerado durante la última dictadura militar, por las prácticas sistemáticas específicas de apropiación ilegal y sustitución de identidad de los niñxs secuestradxs y de aquellos nacidxs en cautiverio.
Hace 43 años, un 22 de octubre de 1977, las Abuelas de Plaza de Mayo iniciaron una incansable búsqueda colectiva con el fin de encontrar y devolverles la identidad a sus nietxs apropiadxs, por ello, y en reconocimiento a esta lucha, el Congreso de la Nación Argentina, en el año 2004, mediante la ley 26.001, estableció que en esta fecha se conmemora el “Día Nacional del Derecho a la Identidad”.
El camino de las Abuelas para recuperar a sus nietxs
Durante la dictadura militar (1976-1983) las fuerzas armadas instauraron un plan sistemático de robo de bebes, se sabe que durante ese periodo secuestraron a miles de personas, entre ellas, familias enteras con niñxs pequeñxs, también, muchas mujeres que estaban en periodo de gestación, o que acababan de parir y que al momento de su secuestro tenían a sus bebes en brazos, mujeres que mantuvieron con vida hasta el parto, con el fin de apropiarse de lxs bebés, las que permanecieron por un corto periodo confinadas junto a sus pequeñxs en los centros clandestinos de detención, tortura y exterminio (CCDTyE), esto sucedió en todo el país y de la misma manera.
Lugar donde funcionó la maternidad clandestina de Campo de Mayo.
El aparato represivo estatal, montó maternidades clandestinas con la complicidad de médicxs y personal de la salud vinculadxs con las fuerzas armadas y de seguridad, esxs niñxs fueron arrancadxs de sus madres y se le asignaron diferentes destinos (1). Los genocidas tomaron la vida de sus madres y se apropiaron de la vida de lxs pequeños, fueron consideradxs “botín de guerra”, distribuidos como objetos, decidieron sus nombres, la fecha y lugar de nacimiento, su supuesta madre y padre, el lugar donde vivirían, y hasta su religión. El Poder Judicial e instituciones religiosas, entre otras, también fueron parte de esta trama perversa.
Crecieron, en muchos casos, con lxs verdugxs de sus madres o con familias vinculadas a la dictadura, y otras pocas que no lo estaban, entonces lxs adoptaron de buena fe y lxs acogieron en su seno. Otrxs fueron abandonadxs en casas cuna, en entidades religiosas y en lugares públicos, todxs ellxs crecieron con partidas de nacimiento fraguadas– lo común fue que esxs chicxs nunca fueran entregadxs a sus familias biológicas, todo era parte de un plan sistemático de robo de bebés, además, si lxs niñxs nacidxs en cautiverio hubieran sido entregados a sus familias biológicas, se habría puesto en evidencia que sus madres estaban vivas y que habían estado secuestradas todo ese tiempo.
Las madres de lxs desaparecidxs, además de reclamar por la aparición con vida de sus hijxs, empezaron a buscar a sus nietxs, anduvieron por comisarías y juzgados sin conseguir que les den información sobre sus paraderos, allanaban los mismos caminos, entonces, se reconocieron unas a otras y emprendieron colectivamente la lucha en 1977, aún en dictadura, conformaron un organismo de derechos humanos hoy conocido a nivel mundial como “Abuelas de Plaza de Mayo”. En ese momento y con el solo respaldo de tenerse las unas a las otras entrelazaron sus manos para fortalecer y sistematizar su búsqueda, apoyándose entre sí y aún con el dolor de no saber dónde estaban sus seres queridos comenzaron una tarea desde el amor.
La Abuelas fueron recopilando toda la información posible que las lleve a dar con sus nietxs, lxs desparecidxs vivxs, también hicieron un archivo para cada unx de lxs que hoy, son ya mujeres y hombres, recopilando toda la información posible de las familias de todxs lxs nietxs apropiadxs para que cuando se reencuentren puedan tener disponible todo aquello que les permita recordar y recuperar su origen arrebatado cruelmente por el terrorismo de Estado y puedan “volver a la verdad”.
Instituciones que junto a Abuelas abrigan el derecho a la identidad
Las Abuelas tuvieron que recurrir a diferentes ciencias como la genética, la antropología, el derecho, entre otras, para devolver la identidad a lxs hoy ya 130 nietxs restituidxs a sus familias, por ello, “en el año 1987 por la Ley 23.511 se crea el Banco Nacional de Datos Genéticos (BNG) que es un organismo autónomo y autárquico, es un archivo sistemático de material genético y muestras biológicas de familiares de personas que han sido secuestradas y desaparecidas durante la dictadura militar argentina.(2)
Realiza estudios genéticos que permiten identificar vínculos biológicos entre personas que sospechan ser hijxs de desaparecidxs durante el terrorismo de Estado, para ello compara material genético de estas personas que tienen dudas sobre su identidad con muestras que contiene el banco de familiares.El análisis de ADN estudia un número estandarizado de marcadores genéticos (cromosomas no sexuales, cromosomas sexuales y mitocondrias) de donde pueden obtenerse probabilidades de maternidad, paternidad, hermandad, abuelidad, etc., lo suficientemente altas como para prácticamente confirmar o descartar un vínculo genético.(3)
En lo que concierne a la figura penal de privación ilegal de la libertad de lxs niños sustraídxs, se sentó jurisprudencia al entenderlo como un delito de lesa humanidad, por eso se utiliza esta información como prueba para los juicios de lesa humanidad. (4) De esta manera, las Abuelas demostraron al país y al mundo la necesidad de reconocer la identidad como un derecho humano fundamental y que pase a ser responsabilidad de los Estados garantizarlo. (5)
Como resultado de esta ardua tarea lograron que se incluya en la Convención de los Derechos del/la Niñx, que tiene jerarquía constitucional en nuestro país, tres artículos conocidos como los “artículos argentinos” (N° 7, 8 y 11) que resguardan y garantizan el derecho a la identidad.
Con el fin de que se hiciera efectivo el cumplimiento de estos tres artículos se crea en 1992 por la Ley 25.457 la Comisión Nacional por el Derecho a la Identidad (CONADI), organismo que depende de la Secretaría de Derechos Humanos de la Nación a partir del cual se impulsa la búsqueda de hijxs de desaparecidxs y de personas nacidxs durante el cautiverio de sus madres durante la última dictadura cívico-militar, a fin de determinar su paradero y restituir su identidad, trabaja en conjunto con el Banco Nacional de Datos Genéticos y ordena la realización de pericias genéticas en dicha institución e interviene en toda situación en que se vea lesionado el derecho a la identidad de niños, niñas y adolescentes. (6).
Si bien al principio la función de la CONADI se acotaba al periodo del terrorismo de Estado su campo de acción se amplió ante las numerosas denuncias sobre robo, tráfico de niñxs, despojo a madres en situaciones límites y adultxs con su identidad vulnerada ya que es el único ámbito del Estado Nacional especializado y dedicado a la temática de garantizar el derecho a la identidad. (7)
Lxs nietxs que las Abuelas siguen buscando ya son adultxs y en muchos casos también son madres y padres, esto hace que las Abuelas busquen también a sus bisnietxs. Estxs niñxs también tienen su identidad adulterada hasta tanto sus madres y padres no recuperen su verdadera identidad. (8)
Unos años después se crea también la Red por la Identidad que funciona actualmente en 40 ciudades de nuestro país y está conformada por organizaciones gubernamentales y no gubernamentales, instituciones y asociaciones civiles, profesionales y todas aquellas personas que quieren colaborar en la lucha de Abuelas por encontrar a sus nietxs y por defender el derecho a la identidad. (9)
La búsqueda de nuestrx hermanx
Hoy, desde H.I.J.O.S. Jujuy, también queremos contar la historia de nuestros compañeros salteños Fidel y Tupac Puggioni, ellos buscan a su hermanx, son hijos de Gladys Porcel y Hugo Anibal Puggioni, Anibal fue asesinado por la Triple A en 1974, Gladys secuestrada en 1976. Luego del secuestro de su madre quedaron al cuidado de su abuela, Hortensia (10).
Para el ´76, Gladys militaba en el FR-17 junto a su compañero de ese momento, Fernando Agüero, ella fue secuestrada el 28 de octubre de 1976 en la localidad de Moreno, provincia de Buenos Aires, Fernando el 5 de septiembre de 1977 en Villa Carlos Paz, Córdoba. La joven madre al momento del secuestro estaba embarazada de seis meses, por testimonios de sobrevivientes se supo que permaneció secuestrada en el CCDTyE (Centro Clandestino de Detención, Tortura y Exterminio) «Puente 12» o “Brigada Güemes”. Fernando fue visto en CCD «La Perla» en Córdoba, en “La Quinta de Funes”, en Santa Fe y en la ESMA.
En 1978 nacería el segundo hijo de Fernando, su madre Isabel pariría durante su presidio y le pondría el nombre de su padre. Es decir, que a esx niñx, lx esperan tres hermanos, Tupac, Fidel y Fernando.
En mayo de 2009, en el marco de la Iniciativa Latinoamericana para la Identificación de Personas Desaparecidas llevada adelante por EAAF (Equipo Argentino de Antropología Forense), Gladys fue identificada. El trabajo realizado por los antropólogos permitió saber que la joven había sido inhumada como NN entre el 31 de enero y el 3 de febrero de 1977 en el cementerio de San Martín provincia de Buenos Aires. Fernando y su hijx que debió nacer hace 43 años siguen desaparecidxs. (11)
Hortensia y Gladys. De izq. a der.
H.I.J.O.S. Jujuy se presentó como querellante por la desaparición forzada de Gladys el 18 de septiembre de 2017, persistentemente acompañamos a Fidel y Tupac en el camino de la Memoria, la Verdad y la Justicia y en todo momento para propiciar el ansiado reencuentro con su hermanx que aún no se concreta.
Las Abuelas nos trazaron el camino para encontrarnos y saber quiénes somos, desde H.I.J.O.S. siempre seguimos y acompañamos su camino, vivimos cada reencuentro con lxs nietxs con una alegría y emoción inmensas, sentimos que vamos reconstruyendo desde el amor lo que otrxs quisieron borrar con odio, hoy todavía faltan hermanxs a lxs que no se le reveló la verdad, pero tenemos la certeza que lxs vamos a encontrar porque entre todxs lxs estamos buscando…
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