Es una enfermedad neurodegenerativa que tomó el nombre del doctor Alois Alzhéimer, neurólogo alemán.
La enfermedad se caracteriza por la aparición temprana (40 años) y lenta con síntomas que evolucionan a lo largo del tiempo. Inicialmente se produce pérdida de la memoria, desorientación temporal espacial.
La dependencia que genera afecta no sólo a la persona que sufre directamente la enfermedad sino también a la familia cuidadora, y a todo el colectivo social que se ven “tocados” por los efectos de la enfermedad. El Alzheimer es, pues, un problema de todos, y entre todos ha de afrontarse, trascendiendo fronteras, ideologías u otros tipos de condicionamiento.