Fellner estuvo acompañado por el ministro de Gobierno y Justicia, Oscar Insausti; el gerente de Empleo y Capacitación Laboral, Eduardo Uriondo, y el coordinador Ejecutivo de la Unidad para el Cambio Rural (UCAR), Jorge Neme.
El gobernador destacó que «de alguna forma, ha sido un compromiso de coordinar acciones nombrando funcionarios de cada una de las carteras ministeriales y el gobierno provincial» y destacó: «Hasta acá, habíamos venido trabajando mancomunadamente con Agricultura de la nación pero también realizando otro tipo de acciones complementarias, por ejemplo, con Trabajo, a través de programas de capacitación y de sustento del empleo».
Reveló que también se hicieron acuerdos con el Ministerio de Planificación para vincular la recuperación del Ingenio La Esperanza a la generación de biocombustible y energías alternativas a través de un plan forestal que se estaría desarrollando.
Fellner indicó además que «de alguna forma, todo esto estaría reforzando la decisión de la Presidenta» de buscarle una solución definitiva al Ingenio y recordó que «el primer desafío lo tomamos con el Ministerio de Agricultura que ayudó con financiamiento, el aporte técnico y planes del PROSAP», detalló.
No solo azúcar
El mandatario provincial se ocupó especialmente de destacar que «no solo se trata de producción de azúcar sino de otro tipo de alternativas y que a partir del proceso industrial vienen otras posibilidades como la generación de alcohol, de bioetanol, que es una ley que impulsó la Presidenta en su momento, y que ha permitido incorporar alcohol derivado de la caña en las naftas, y de un proyecto de forestación para energías alternativas».
Tras el encuentro en el Salón de los Cuadros del Ministerio de Planificación en Buenos Aires, Fellner recordó haber señalado que «con el trabajo solo de la provincia no alcanzaba y que no nos daba el cuerpo para hacernos cargo de los problemas del Ingenio, de su enorme cantidad de trabajadores y de su influencia en una zona económica muy grande».
En ese sentido, aludió a La Esperanza como «uno de los complejos industriales más importantes de la Argentina que hace más de 30 años que está entre concursos preventivos y quiebras».
Y a esto le contrapuso «la decisión muy clara de la Presidenta de no seguir poniendo parches sino de buscar una salida definitiva, trabajando en forma conjunta, con mucho acompañamiento del Ministerio de Agricultura y de las demás carteras y con inversores serios, por lo que ahora la solución parece estar más cerca de la mano».