Castro fue recibido por su par mexicano Peña Nieto en el Palacio de Gobierno de Mérida, en la península de Yucatán, en el marco de lo que calificaron un «relanzamiento» de los vínculos bilaterales, tras el deterioro de las relaciones bajo los Gobiernos conservadores de México de Vicente Fox (2000-2006) y Felipe Calderón (2006-2012), y en un nuevo contexto político y económico en Cuba.
«Nos complace en especial el interés de las empresas mexicanas en hacer negocios e invertir en Cuba», dijo Castro, mientras que Peña Nieto afirmó que México valora las nuevas oportunidades que están surgiendo en la isla.
«Queremos ser un aliado en este proceso de cambio y apertura», dijo el presidente mexicano, después de la firma de cinco convenios en materia migratoria, turística, educativa, académico-diplomática y de agricultura y pesca. Sobre todo, dijo Castro, inversiones en la Zona Especial de Desarrollo de Mariel, un enclave cercano a La Habana pensado para facilitar la presencia de capitales extranjeros en Cuba.
«La experiencia mexicana es reconocida y constituye un apoyo importante en el proceso de remodelación económica que estamos llevando adelante», aseveró.
En cuanto a educación, el presidente mexicano señaló que el objetivo es ampliar la cooperación, sobre todo «en alfabetización, promoción de lectura y deporte, áreas en las que Cuba es un ejemplo a seguir en toda la región latinoamericana».
Un tema clave en esta primera visita de Estado de Castro a México fue el migratorio, aunque en lo inmediato no se dieron detalles del convenio firmado.
En 2015 ha subido de manera drástica el número de cubanos que llegan a México, con casi 9.000 hasta noviembre, en comparación con los 1.871 de todo el año pasado.
El aumento del flujo migratorio se vincula con el restablecimiento de relaciones diplomáticas entre Cuba y Estados Unidos en diciembre y la reapertura de embajadas en julio.
Peña Nieto y Castro, que vestían guayaberas blancas al estilo caribeño, presentaron a sus respectivas comitivas y pasaron revista a las tropas de honor en la ceremonia de bienvenida. Los dos países acordaron establecer un diálogo político «al más alto nivel» y al término del encuentro, Castro resaltó la solidaridad de México con la isla en temas como la condena al «injusto, ilegal e inmoral bloqueo» económico impuesto por Estados Unidos hace más de medio siglo.