Desde hace meses o años, según el caso, había servicios de trenes de la Unidad Ejecutora del Programa Ferroviario Provincial bonaerense (ex Ferrobaires) que estaban suspendidos. No obstante, los pueblos guardaban la esperanza de que en algún momento se reactivaran las vías y volver a tener la alternativa de viajar a campo traviesa, esa experiencia tan distinta a circular por una ruta.
El tiro de gracia a esa ilusión parecen ser los despidos masivos que se están dando por estos días en muchas estaciones y talleres de los distintos ramales. Representantes de Recursos Humanos del organismo arriban a las ciudades para notificar al personal la posibilidad de tomar un retiro voluntario, de jubilarse o directamente, de cobrar una indemnización.
Hasta el momento, se reportaron cesantías en las estaciones de Constitución, Gerli y Escalada, Castelar, Haedo, Bolívar, Tandil, Bragado, Bahía Blanca, Mar del Plata, Sierra de la Ventana, Pringles, Saldungaray, Quequén, Maipú y Junín, entre otros.
El ajuste brutal se da en el marco del traspaso de los servicios provinciales a la administración nacional, que conlleva el cierre definitivo de la ex Ferrobaires desde el 15 de marzo próximo tal como los instruyó la gobernadora María Eugenia Vidal en el decreto 1.100 publicado el 22 de enero pasado en el Boletín Oficial.
Este paso de manos implica un achique de personal en los ramales activos y el cierre definitivo de líneas que se encontraban «suspendidas», debido a que la operación no incluye la reactivación de servicios, ni el traspaso de todos los trabajadores.