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Adiunju preocupado por la virtualidad de la enseñanza universitaria

La Asamblea Extraordinaria de la Asociación de Docentes e Investigadores de la Universidad Nacional de Jujuy (Adiunju), expresó su preocupación por las reiteradas declaraciones, por parte de autoridades de distintas universidades nacionales y del propio gobierno nacional, respecto de la virtualización de la enseñanza universitaria.

El Secretario de Políticas Universitarias, ha expresado, públicamente, que la virtualidad llegó para quedarse, al igual que el presidente del CIN. Sin embargo, se dilata, injustificadamente, el funcionamiento efectivo de la Comisión de Condiciones y Ambiente de Trabajo, en el marco de la Paritaria Nacional del Sector Docente Universitario, tal como lo venimos reclamando desde las Federaciones Docentes Nacionales y sus entidades de base, ya que este es el ámbito en el que debería discutirse un proceso que afecta sustancialmente nuestro trabajo docente.

Tanto los procesos de virtualización como los regresos regulados a instancias presenciales de la educación, en las universidades, requieren de acuerdos paritarios, nacionales y locales, ya que estos procesos afectan nuestras condiciones laborales y nuestros derechos laborales.

El dictado virtual ha significado, durante más de un año, que la docencia disponga de sus propios recursos tecnológicos, multiplique su tiempo de trabajo y genere respuestas creativas, algunas veces sin acompañamiento institucional, para garantizar el servicio educativo y tratar de evitar la deserción. El reconocimiento de gastos, que es insuficiente y que llega luego de un año de reclamos y las escasas ofertas de capacitación, varias generadas por las propias entidades gremiales, son paliativos en una situación de emergencia.

La virtualización de la enseñanza también ha incidido negativamente sobre el estudiantado, poniendo en evidencia el impacto de las desigualdades sociales, por la falta de dispositivos adecuados y las serias dificultades de conectividad, lo que, según nuestra percepción, en la tarea docente cotidiana, ha producido altos niveles de deserción. En ese sentido, llaman la atención las declaraciones del rector electo de la UNJu (afirmando que la virtualización incentivó la matriculación de algunos sectores) y que, en cambio, no exprese su preocupación ni plantee posibles soluciones frente a las serias dificultades de conectividad que, aún hoy, enfrentamos docentes y estudiantes.

La educación requiere interacción directa y personalizada, que posibilite no sólo la trasmisión de información y, en ese sentido, la presencialidad es irreemplazable. La semipresencialidad o la virtualidad no se reducen a reemplazar una clase teórica presencial por la misma clase, grabada. Estas modalidades requieren, por un lado, de una inversión que garantice que cualquier persona pueda acceder a ese tipo de servicio educativo, para que nuestra educación siga siendo gratuita.

Por otro lado, se necesita un proceso de formación y rediseño del trabajo docente, aumento de las dedicaciones y/o de la cantidad de integrantes por cátedra, provisión de los elementos técnicos requeridos, entre otras cosas y, fundamentalmente, abrir instancias de construcción colectiva de este proceso, en las que la docencia aporte su experiencia y conocimientos y en las que la presencia gremial sea ineludible, para garantizar el cumplimiento de nuestros derechos laborales.

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