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El ministro de Justicia y Derechos Humanos, Julio Alak, criticó «el doble discurso de los países centrales, que mientras exigen endurecer las normas en las naciones periféricas en la lucha contra el lavado de dinero, muchas veces amparan y avalan la existencia de paraísos fiscales”.
Al inaugurar junto a su par de Seguridad, Arturo Puricelli, un encuentro de ministros de la Unasur destinado a fortalecer la cooperación de acciones contra el lavado de dinero y el financiamiento del terrorismo en la región, el funcionario destacó que «los países de la Unión Suramericana no apadrinamos paraísos fiscales, tal como las potencias señalan en los foros mundiales».
En el encuentro, que se realizó en el Palacio San Martín de la Cancillería y contó con la presencia de ministros y funcionarios de Justicia y Seguridad de Brasil, Venezuela, Bolivia, Uruguay, Ecuador, Perú, Paraguay y Surinam, Alak subrayó también que «nuestros países son acusados reiteradamente de favorecer el lavado de dinero, pero la realidad nos muestra que somos víctimas de ese delito».
Comparativamente tenemos cifras muy bajas de lavado de dinero en relación con países fuera de la Unasur, no obstante ello este encuentro sirve para ratificar una vez más el compromiso regional para combatirlo y enfrentarlo», dijo.
Según el ministro, «el lavado de dinero distorsiona gravemente el funcionamiento de la economía, y se convierte en una legitimación de las organizaciones que lucran con operaciones delictivas y luego blanquean el dinero».
Alak explicó que «el lavado de activos provoca fuga de capitales y contribuye a debilitar nuestras economías» y, en ese orden, dijo que «para combatirlo, toda la región ha hecho notables esfuerzos para fortalecer sus agencias de control y prevención, y se han dado avances sustanciales en pos de lograr el compromiso de los sectores de la sociedad civil como los bancos, los profesionales y las compañías de seguros, entre otros, y adecuando el sistema de justicia para que el esfuerzo se convierta en condenas concretas».
Asimismo, el funcionario destacó «el compromiso y la decisión de los gobiernos suramericanos de consolidar este foro regional para dar lugar a la concreción del sueño de los fundadores de nuestras naciones», y agregó: «Debe ser un espacio de unidad y desarrollo de nuestros pueblos; somos protagonistas de una realidad soñada por nuestros próceres».
