El Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible de la Nación participó del 2° censo de cóndor andino en Jujuy para conocer el estado de sus poblaciones y poder tomar medidas de conservación.
Las áreas naturales protegidas de la provincia son consideradas santuarios del cóndor andino, por eso, mediante este censo se puede conocer el estado de las poblaciones naturales de esta especie amenazada en todas las regiones de la provincia, monitorear su dinámica y evaluar el uso que hacen del ambiente, como así también conocer si se encuentran amenazadas por acciones antrópicas, detalló el Ministerio.
El método más aceptado a nivel global para estudiar las poblaciones de esta especie, debido a su enorme capacidad de vuelo, pueden llegar a volar hasta 350 kilómetros en un día, es el censo simultáneo durante 11 horas diurnas que evita contar un individuo más de una vez por punto de muestreo y permite realizar estimaciones poblacionales.
Luego la información recabada ayudará a profundizar en el análisis y validar mapas de aptitud ecológica potencial y de estimaciones de abundancia del cóndor andino.
Conocer la dinámica de su población, la estructura de edades y sexos y el uso que hacen del ambiente son datos necesarios para poder tomar medidas de conservación que garanticen su supervivencia y el equilibrio de su entorno, indicó el organismo.
Estuvieron presentes en el censo, técnicos de la Dirección Nacional de Biodiversidad, que forma parte de la Secretaría de Política Ambiental en Recursos Naturales, a cargo de Beatriz Domingorena.
Cóndor andino: su rol para mantener el equilibrio del ecosistema andino
El cóndor andino (Vultur Gryphus) es una especie emblemática de Sudamérica y es considerada un patrimonio cultural y natural del continente. En nuestro país se lo encuentra a lo largo de la Cordillera de los Andes, en provincias como Catamarca, Jujuy, Tucumán, Salta, Tierra del Fuego y en la zona central del país. Este ave mide 1,20 m de altura aproximadamente, tiene alas de hasta 3 m de envergadura, y su peso puede llegar a los 12 kg. Es una especie longeva cuyos ejemplares pueden superar los 70 años de edad.
Como se alimenta de carroña cumple un rol invaluable en los ecosistemas ya que remueve el material orgánico de los diversos ambientes en los que tiene presencia, como restos de osamentas o cadáveres que podrían ser fuentes de contaminación, infecciones y enfermedades. Esto constituye un servicio ecosistémico de enorme valor por parte de esta especie. Además, ayuda a controlar la población de otras especies carroñeras y así contribuye a mantener el equilibrio del ecosistema.