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La gobernadora bonaerense y referente principal del PRO, María Eugenia Vidal, sigue sin hacerse cargo del escándalo de corrupción que envuelve a su figura y a Cambiemos. Como para paliar el temporal, despidió a la contadora y tesorera partidaria, María Fernanda Inza, a quien había nombrado ayer por decreto en el cargo.
Vidal intenta, con esta primera limpieza, dar respuesta al escándalo de los aportes truchos en la campaña de Cambiemos. Sin embargo, ninguna de las salidas consigue lograr efectos. Hasta el momento sólo ordenó una auditoría sobre la rendición de fondos y pidió la renuncia de Inza, a cargo de la Contaduría General de la Provincia.
«Ella formó parte del equipo de rendición de campaña, pero más allá de eso hace muchos años trabaja conmigo, la conozco, confío en ella, y no tengo elementos que demuestren su involucramiento en este caso», explicó Vidal. Pero la echó.
Descolocada desde un principio, Vidal, presidenta del PRO bonaerense, quiso minimizar el tema diciendo que se trataba de «una denuncia del kirchnerismo».
Lo cierto es que varios ex candidatos y actuales funcionarios de Cambiemos confirmaron la existencia de la maniobra y señalaron haber sido ellos mismos víctimas, ya que figuraron aportando un dinero que en realidad nunca entregaron.
La presidenta del PRO bonaerense tampoco explicó las afirmaciones del ex candidato a intendente de Ituzaingó por Cambiemos, Osvaldo Marasco, quien sumó su voz al escándalo de los aportantes truchos a las campañas macristas y reveló que «el 100% de los aportes son truchos».
