A una semana de la toma de la Facultad de Humanidades y Ciencias Sociales de la Universidad Nacional de Jujuy (UNJu), el decano César Arrueta reforzó el reclamo que esta mañana se materializó con el corte del Puente Lavalle por parte de estudiantes, docentes y no docentes. En diálogo con El Submarino Radio (91.5) reveló que a su facultad le quedan solo 400 mil pesos para funcionar hasta fin de año, y advirtió que si no se corrigen los recortes peligra la continuidad de las sedes de San Pedro de Jujuy, Humahuaca y Tilcara.
«Nuestra facultad es particular, diversa y compleja, atravesada por diversas orientaciones políticas, y aquí convivimos», describió Arrueta, y agregó: «Somos un colectivo orgulloso de zurdos y putos porque transitamos en esa diversidad», en referencia a la pintada que desconocidos hicieron sobre la fachada la semana anterior. «Para nada nos ofende; somos sujetos que critican, discuten y problematizan, y que en consecuencia tomamos medidas en defensa de la universidad pública».
«Estamos preocupados por el contexto en el que estamos viviendo, que tiene especial repercusión en nuestra universidad pública», sintetizó Arrueta, en referencia a la virtual paralización de las universidades nacionales por los problemas de financiamiento para funcionar y la falta de respuestas a los reclamos salariales de los docentes.
Para Arrueta, «se puede ir negociando aspectos salariales o exigir el reenvío de fondos, pero el tema de fondo es qué piensa el gobierno sobre la educación pública, si es que hay una posición directa, si es para el gobierno una política estratégica de desarrollo para el país o más bien es un gasto». A su entender, la respuesta es clara: «Creemos que sí existe un posicionamiento directo, que es el de desfinanciar las universidades, afectando un derecho universal como es el acceso a la universidad pública».
En este marco, estimó que «seguramente con matices en algún momento se acordará la paritaria nacional y se enviarán los fondos, pero lo que nos preocupa es el concepto que tiene el gobierno sobre el sistema universitario, y creo que esto se puso en blanco sobre negro con la decisión de redefinir el ministerio y bajarlo a secretaría».
Frente a la posibilidad de que la UNJu no llegue a fin de año por la falta de recursos, Arrueta consideró que con los fondos disponibles será posible llegar a diciembre, «siempre y cuando terminen de reenviar los fondos que corresponden». Más allá de eso, comentó que «lamentablemente estamos tomando decisiones, estableciendo prioridades».
«Quiero que la gente entienda que el dinero para mantener una facultad no es solo para tenerla limpia o que se prendan las luces, sino que se usa para garantizar viajes de estudio, proyectos, un equipamiento mínimo, todo lo que hace al funcionamiento. Las demoras en el reenvío de fondos van limitando esos servicios, y la consecuencia es que nuestros estudiantes tienen menos prestaciones y ven afectada su formación», detalló.
Arrueta precisó que la UNJu maneja un presupuesto anual de más de 1000 millones de pesos, de los que el 28 por ciento corresponde a su facultad. De ese monto, más del 95 por ciento se destina a salarios de docentes y no docentes, mientras que el resto se usa para el funcionamiento. «Creo que hay mucho desconocimiento de cómo funciona una facultad», afirmó, y abundó en una enumeración, para que no queden dudas: pago de impuestos; cobertura de viajes; compra y mantenimiento de equipamiento, pago de servicios como la luz, el agua y el gas; servicios de limpieza.
«En las tarifas el incremento ha sido exponencial y a nosotros nos siguen mandando el dinero a valores del año pasado», remarcó Arrueta, y reveló que de aquí a fin de año su facultad cuenta con solo 400 mil pesos para funcionar. «Somos una facultad con más de 8 mil alumnos, más de 13 carreras; y los chicos no solo vienen a estudiar a las aulas sino que también estudian haciendo trabajo de campo, participando en congresos y jornadas, tomando cursos, y la facultad tiene que garantizar todo eso», señaló.
Si no se corrige la situación presupuestaria, advirtió, la facultad solo podrá sostener las actividades áulicas, en detrimento de la calidad educativa de los estudiantes. «No pedimos de más; estamos pidiendo lo que está aprobado en el presupuesto el año pasado», aclaró.
Puesto a pensar más allá de diciembre, la situación se complica. «Nos preocupa que el proyecto de expansiones académicas tiene un financiamiento a través de contratos y programas para el año que viene, pero necesitamos que nos confirmen si se van a enviar los fondos». Se refería a las sedes de San pedro de Jujuy, Humahuaca y Tilcara, sedes en las que ya están en marcha una serie de carreras para las que se han designado docentes y se hicieron los informes académicos correspondientes. «Todo eso está en el presupuesto, pero en esta situación de incertidumbre no tenemos la certeza de si el año que viene vamos a contar con esos recursos», completó.
Sobre la toma que llevan adelante los estudiantes desde hace una semana, Arrueta recordó que se trata de una facultad cogobernada a través del Consejo Académico, que tiene representación de docentes, no docentes, estudiantes y graduados, bajo la presidencia del decano. «Esto implica que todos los protagonistas tenemos responsabilidades, y en este caso los estudiantes han tomado una decisión autónoma que es tomar la facultad, ocuparla, para hacer visible el reclamo sobre la universidad pública. Y los otros claustros lo han respetado», afirmó.