Bajo el título «Corazón andino y bolsillos metropolitanos», el colectivo Artistas en Lucha (AEL) difundió un comunicado en el que expresan sus reparos frente a la realización del Festival Corazón Andino por parte del gobierno de la provincia. Aseguran que «este ostentoso festival deja visible el poco compromiso con la cultura jujeña», por la casi nula participación de artistas locales.
En este marco, reiteran sus denuncias sobre las falencias en la política cultural del gobierno provincial, como la falta de apoyo a las orquestas infantiles y juveniles. Aquí señalan además que los niños y jóvenes que las integran no fueron tenidos en cuenta para poder presenciar los espectáculos que componen el Festival, en lo que AEL denomina como «una política de exclusión, selectiva y discriminatoria».
Ponen en cuestión también la conformación del ente autárquico a cargo del Festival y quienes los integran, entre ellos uno de los hijos del gobernador Gerardo Morales, de quienes aseguran que no poseen los antecedentes adecuados en materia de gestión cultural.
Respecto de la idea de sustantibilidad ambiental con la que el gobierno promociona el evento, AEL llaman la atención sobre los efectos nocivos de la realización de presentaciones en espacios naturales «poco propicios para la realización de algunos conciertos», que por otra parte pertenecen a la región declarada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco.
En la misma línea, señalan como «otro punto de contradicción cultural» el concierto organizado en la localidad de Volcán, donde hace más de un año sucedió un alud devastador cuyas consecuencias todavía no fueron resueltas por el gobierno, sobre todo lo referido a la reconstrucción de viviendas. De hecho, hay todavía familias que siguen viviendo en containers.
Luego de cuestionar una vez más la gestión del ministro de Turismo y Cultura, Federico Posadas, que «no ha propuesto una sola política cultural apoyada por las y los artistas de la provincia, tampoco generó ningún espacio en donde las y los artistas de la cultura jujeña hayan participado con el reconocimiento que se merecen», advierten sobre «la incoherencia del uso de la palabra ‘andino'», e interpretan que responde a los fines «de beneficiarse y vender al mundo un Jujuy muy cultural y global».
El que sigue es el texto completo del comunicado:
En el Festival Corazón Andino, que se está realizando en la provincia de Jujuy, participan artistas de renombre internacional como Gustavo Santaolalla (a quien recordamos con mucho afecto cuando hizo música con “Los Beteranos de Tilcara”, en la gira memorable denominada De Ushuaia a La Quiaca), Paquito de Rivera, Escalandrum, orquesta GPA (grupo Pao do Azucar) de Brasil, Coro de Niños del Teatro Colón, entre otros. Según lxs organizadores, estos grupos, cantantes, orquestas serían una buena exposición de la cultura jujeña al mundo.
Toda la preproducción realizada con motivo de este ostentoso festival pretende revalorizar la cultura andina de Jujuy, pero sólo deja visible el poco compromiso con la cultura jujeña, por la falta de inclusión de referentes propixs. Deja al descubierto que el único rédito es para algunos dirigentes, políticos y personajes culturosxs de Jujuy, es decir, los únicos “locales”.
En este Festival, catalogado como “andino”, Jujuy tiene solo dos orquestas provinciales en la agenda oficial (elegidas de manera arbitraria entre las más de 20 orquestas y proyectos existentes). Es de conocimiento de los jujeñxs que la mayoría de las orquestas infantiles y juveniles no tiene el apoyo del gobierno para su óptimo funcionamiento, comprobado en los sueldos impagos y no actualizados de los docentes, la ausencia de mantenimiento de los instrumentos, el sostenimiento gracias al trabajo de madres, padres y docentes que integran las distintas formaciones.
El hecho de no poder participar activamente en el Festival y ni siquiera poder presenciar los conciertos, gran incentivo a los/as estudiantes de música de las diversas orquestas y escuela de música de Jujuy, da cuenta de una política de exclusión, selectiva y discriminatoria.
La formación de un ente autárquico creado exclusivamente para administrar los fondos de ejecución del Festival solo demuestra la soberbia e ignorancia de los políticos de Jujuy, designando como directores ejecutivos a Silvia Yolanda Quiroga (a quien no le conocemos antecedentes en la gestión cultural), Gerardo Gastón Morales (hijísimo del gobernador y sin ningún antecedente cultural) y a Sergio Román Jurado (director de orquesta que está, por decirlo discretamente, sospechado de mal manejo de fondos). Por la prensa oficial sabemos que Andrea Merenzon (integrante de una fundación radicada en Buenos Aires) es la directora y productora general del festival, sin embargo, no figuran sus datos en el sitio de la Oficina Anticorrupción donde deberían estar, a la vista de todos, su declaración jurada; lo mismo sucede con Quiroga y Jurado, ambos brillan por su ausencia.
En la agenda de actividades del Festival se encuentran algunos talleres promocionados como de perspectiva y práctica sustentables que carecen de algún impacto real, por ejemplo el de construcción de instrumentos con elementos de reciclado. También observamos que algunas logísticas a desarrollarse en el festival son en espacios naturales poco propicios para la realización de algunos conciertos y que, por razones obvias, se tuvieron que intervenir modificando el Patrimonio de la Quebrada sin considerar la contaminación ambiental y sonora. Otro punto de contradicción cultural es el concierto en Volcán, donde hace más de un año sucedió un alud devastador sin que, hasta ahora, la gestión del gobernador actual haya solucionado el déficit de viviendas para sus habitantes.
Podríamos seguir enumerando continuas irregularidades y nombrando personalidades muy polémicas a quienes se les otorga el privilegio de hacer y deshacer el patrimonio de la cultura jujeña. El ex Ministro de Cultura de Salta, ahora ministro de cultura de Jujuy, sin requisitos necesarios para desarrollar ese cargo, no ha propuesto una sola política cultural apoyada por las y los artistas de la provincia, tampoco generó ningún espacio en donde las y los artistas de la cultura jujeña hayan participado con el reconocimiento que se merecen.
Por ellos, nos preguntamos una vez más adónde van a parar los fondos destinados a la cultura. ¿Será que se redireccionaron al Festival de las Alturas coordinado por el hijo del gobernador? ¿O al Festival sustentable?
Ante estas irregularidades, la convocatoria a artistas de trayectoria internacional solo es una pantalla para tapar el trasfondo turbio político partidario de cómo se gestiona la cultura jujeña.
La incoherencia del uso de la palabra “Andino” responde a los fines, sospechamos, de beneficiarse y vender al mundo un Jujuy muy cultural y global. Tal vez en esa imagen oficial, la ausencia de lxs artistas jujeñxs se deba a que venimos trabajando de manera independiente y sin servilismos.
Esperamos que este cuestionamiento se pueda difundir a través de los medios de comunicación de Jujuy y ojalá pueda llegar a los artistas que están participando en este festival para que conozcan la realidad de lxs artistas jujeñxs.