Australia comenzó a aplicar desde este lunes una ley que permite a millones de personas en el país oceánico desconectarse de sus obligaciones laborales fuera de su horario de trabajo, siguiendo así los pasos de países como Francia y España, entre otros que forman parte de la Unión Europea.
En virtud de la Ley del Derecho a Desconectarse -que fue aprobada por el Parlamento de Camberra en febrero de 2024 y entra en vigor este lunes- quienes laboren en empresas con 15 o más personas empleadas podrán negarse a responder, o a estar pendientes, de los correos electrónicos o llamadas telefónicas de sus jefaturas, u otras personas vinculadas, fuera de su horario de trabajo.
Las disputas vinculadas en torno al derecho a desconectarse del trabajo, como por ejemplo la negativa «no razonable» a responder una llamada de emergencia, deberán ser resueltas por las partes antes de ser derivadas a la Comisión de Empleo Justo de Australia, que regula las relaciones laborales.
En caso de que se incumpla la ley, una persona que sea empresaria puede afrontar una multa de 18.780 dólares australianos (unos 12.742 dólares estadounidenses), mientras que las compañías pueden ser sancionadas hasta con 93.900 dólares australianos (63.729 dólares estadounidenses).
Con esta medida para mejorar la salud de quienes trabajan, y lograr un equilibrio entre la vida laboral y privada, Australia sigue los pasos de países como Francia -el primer país del mundo en imponer este tipo de leyes de desconexión digital en 2017- así como España, entre una veintena de naciones.