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Bolivia: “El tiempo cuando solo reinasen los indios…”

Por Federico Lanusse*. Esto decían los combatientes de Tupac Katari al sitiar la ciudad de La Paz, según relataba su esposa Bartolina Sisa. Pareciera ser el lema del gobierno actual en Bolivia. Aun cuando desde sectores ultras del indigenismo, minoritarios por cierto, acusan a Evo Morales de rodearse de q´aras (blancoides).

Como sea, la campaña presidencial hacia las elecciones del 12 de octubre transcurre en calma absoluta. Una encuesta de intención de voto realizada por Ipsos, Apoyo, Opinión y Mercado fue difundida hace diez días. Según esta consultora el 59 por ciento de los electores votarían por Evo Morales. El 17 por ciento lo haría por el postulante de Unidad Democrática (UD), Samuel Doria Medina. Mientras el tercer lugar, con el 4 por ciento, pertenecería a Jorge “Tuto” Quiroga, del Partido Demócrata Cristiano (PDC), quien fue vicepresidente del ex dictador Hugo Banzer, elegido en las urnas en 1997. En cuarto lugar, con el 3 por ciento, quedaría Juan Del Granado, del Movimiento Sin Miedo (MSM) y quien fuera aliado del MAS hasta 2009. Quinto y último, con menos del 1 por ciento, quedaría el candidato indígena Fernando Vargas Mosúa, del Partido Verde de Bolivia (PVB). El 16 por ciento restante todavía no se decidió; habitualmente los votos indecisos se reparten en la misma proporción que los ya decididos, con lo cual el actual presidente superaría los dos tercios de votos. Por eso en el Movimiento Al Socialismo (MAS) ya están pensando en la manera de modificar la actual constitución para que el líder aymara pueda postularse a una cuarta presidencia, en 2019. 

 Lo único que está en juego en las elecciones del 12 de octubre es el porcentaje con el cual el oficialismo dominará la Asamblea Legislativa Plurinacional. Hasta hoy y desde 2009, el partido gobernante maneja los dos tercios del Congreso. Pero si se debiera dar crédito a las encuestas, el MAS perdería su poder absoluto en ambas cámaras, pues sólo controlaría el 50 por ciento.

 Bolivia ha encontrado en Evo a la persona que ha neutralizado el separatismo, el racismo, el ultra indigenismo y el neoliberalismo. Recordemos las expresiones más destacadas de estas “escuelas de pensamiento” que publicáramos en éste medio años atrás, al comenzar el nuevo gobierno en Bolivia. Tomemos nota de una muestra reciente para que se entienda de qué hablamos. Por ejemplo, el ideólogo aymara Felipe Quispe Huanta, postula en un libro que acaba de publicar la necesidad de “cortar los suministros de agua y electricidad, quemar a la ciudad (de La Paz), por una parte, y, por otra, asaltar al Palacio de Gobierno, los cuarteles, las casas de los ricos, para rebelarnos, una vez más, contra los q’aras ministros y otros de la zona Sur”.

 Desde la llegada de Evo Morales a la presidencia, en 2005, el país pasa por un período ininterrumpido de desarrollo económico sin igual en su historia. Según las proyecciones de la Cepal (Comisión Económica para América Latina y el Caribe), Panamá y Bolivia lideran el crecimiento en la región este año, con un 6,7 por ciento y un 5,5 por ciento respectivamente. 

 Entre el 2009 y el 2014, se avanzó en la construcción de un capitalismo de Estado, al que, en mayor o menor grado, adhieren los actuales candidatos. Es verdad que en Bolivia no se partió de cero. La fundición de estaño de Vinto, por ejemplo, fue un logro del gobierno de Ovando.

 El Producto Bruto Interno (PBI) de Bolivia corresponde en un 80 por ciento a las ventas de hidrocarburos y minerales. Actualmente, el Estado Plurinacional recibe entre un 60 y un 80 por ciento de las ganancias de las empresas que explotan hidrocarburos, nacionalización mediante. Nótese la diferencia de tiempos con nuestro país. Allá la recuperación de las riquezas del subsuelo fue una de las primeras medidas del nuevo gobierno, aun cuando las petroleras amenazaban con retirarse de Bolivia. En nuestro país, y sin juzgar las razones, perdimos diez años y lo estamos pagando muy caro. La planta separadora de líquidos de Rio Grande ya está en funcionamiento. A partir del segundo semestre del próximo año entraría en operaciones la planta separadora de líquidos del Gran Chaco. Avanza la instalación del complejo de urea y amoniaco en Bulo Bulo, así como de la planta de gas natural licuado de Santa Cruz. Con parte de lo recaudado entre las empresas petroleras, el Estado boliviano financia una serie de bonos, dirigidos a los sectores de población ajenos al mercado laboral. Hay bonos para los niños que van a la escuela (Juancito Pinto), para las mujeres que recién tuvieron familia (bono Juana Azurduy) y para los ancianos que nunca hicieron aportes jubilatorios (Renta Dignidad).

 Y otra parte muy importante de estos recursos va dirigida a los Municipios y Regiones, en forma de regalías. Con lo cual los Alcaldes y Prefectos manejan cuantiosos fondos que, en muchos casos, superan su capacidad de ejecución.

 Por lo tanto, los principales candidatos a la presidencia saben que triunfará quien mejor represente la continuidad del modelo económico boliviano. 

 Obviamente, nadie podría encarnar mejor esa opción que Evo Morales. El modelo económico boliviano es tan inexpugnable que Morales recibió felicitaciones hasta del Fondo Monetario Internacional (FMI) por su eficaz manejo de la macroeconomía. Añadido a esto, Bolivia está considerado hoy como el país que más redujo la pobreza y el hambre en los últimos años en América Latina. No es poco decir. 

 La derrota del separatismo y del indigenismo a ultranza impulsó también una enérgica política de reivindicación marítima, con el concurso de dos expresidentes y excancilleres. En lo simbólico, ha pasado el tiempo en el que se pretendía cambiar la bandera nacional, el nombre de Bolivia y el de la plaza Murillo de La Paz. La recuperación de la autoestima y el orgullo nacional es uno de los más altos logros dela revolución democrática boliviana.

 Quechuas y sobre todo muchos aymaras han abierto prósperos negocios en toda la geografía nacional. Un nuevo sector social, quizás una nueva burguesía en potencia, antes despreciado y mantenido casi en la clandestinidad dentro del juego económico, es hoy protagonista principal de la actividad interna.

 Llamativamente, los nuevos rumbos trazados en los últimos meses por el gobierno de Bolivia pueden advertirse en recientes declaraciones de altos funcionarios y sorprender a más de un observador. El Vicepresidente Alvaro García Linera, bajo el argumento de que “actualmente producir alimento es producir oro”, ha comprometido ante la Cámara Agropecuaria del Oriente (CAO), que reúne a los sectores empresariales agro-industriales que detentan grandes extensiones de tierra en propiedad en Santa Cruz de la Sierra, Beni y Pando, todos los medios necesarios para lograr “incrementar 1 millón de hectáreas anuales a la producción agropecuaria”, que actualmente se encuentra en solo 3.5 millones, hasta alcanzar los 45 millones de hectáreas programadas hasta el año 2025. (Periódico El Deber, Santa Cruz, 15/8/2014). ¿Podríamos deducir que posiblemente se piense en aplicar a posteriori el mismo mecanismo de retenciones a la exportación que se aplica en nuestro país, y tal vez avanzar en la posibilidad del manejo estatal de la industrialización y comercialización externa, diversificando así la matriz exportadora de Bolivia?

 Por otra parte, como reforzando este criterio, el actual candidato a la primera senaduría por el departamento de Santa Cruz, el ex ministro de Gobierno Carlos Romero, ha señalado que “el desafío será dar a Santa Cruz un liderazgo político nacional”. Sin embargo, ese liderazgo político nacional no es pensado para las organizaciones populares e indígenas que supuestamente constituyen el bloque social protagónico del proceso. Lo que se anuncia es que “una vez que ya se canalizaron liderazgos indígenas y populares”, ahora toca “facilitar la auto-representación política de otros actores de la cruceñidad”. “Otros sectores importantes de la cruceñidad también tienen que canalizar su representación y por eso tenemos a gente profesional, de clase media, de clase media alta, de empresarios, que se están articulando y creemos que no debe ser solo electoralmente, sino programáticamente”. (Periódico La Razón, La Paz 15/8/2014). ¿Se trataría de fomentar el surgimiento de una “burguesía nacional” con fuerte apoyo estatal?

 Finalmente, en lo que corresponde a uno de los aspectos centrales del proceso de cambio y transformación, el Procurador General de la Nación, nada menos que en pleno Consejo Directivo de la Confederación de Empresarios Privados de Bolivia, afirmó “que la etapa de las grandes nacionalizaciones en Bolivia ha concluido”. El argumento es que “se ha ingresado en una nueva etapa de construcción de normas para dar estabilidad y certeza al emprendimiento económico y a la inversión”. (Periódico La Razón, La Paz 15/8/2014)

 La construcción de una aparato estatal que funcione en sintonía a estos fines es una de las tareas pendientes para el gobierno del MAS. Junto con esa construcción, será necesario adecuar mecanismos que aseguren transparencia administrativa, facilitando la lucha contra manejos corruptos de fondos que pertenecen a la totalidad del pueblo boliviano. Tanto en educación como en salud se están invirtiendo recursos con los que anteriormente al arribo de Evo Morales no se contaba. Pero, al igual que en el resto de nuestros países, no bastará con destinar un mayor porcentaje del PBI a la educación, por ejemplo, si no se analiza en profundidad la calidad y la finalidad de los procesos educativos. Este será el próximo debate a gran escala en nuestros países. 

 Pareciera que otro tema pendiente, común al resto de los países de la región, es la consolidación de liderazgos políticos y sociales cuyas miradas vayan más allá de lo coyuntural, a fin de asegurar los logros obtenidos y marcar con claridad nuevas etapas superadoras.

 Bolivia puede señalar un camino al resto de los países de la Unasur en lo que concierne a la participación de su ciudadanía en el proceso de cambio. Suficientes méritos ha acumulado en la historia de los siglos XIX y XX, y más aún en los comienzos del siglo que transcurre. No deberíamos utilizar el lente de la amable superioridad, tan habitual en nuestros analistas y políticos, para observar el proceso encabezado por el MAS. Que Evo Morales esté pronto a ser reelecto por tercera vez consecutiva, con porcentajes altísimos de aprobación, cosa que no se puede decir de sus líderes vecinos, habla a las claras de un fenómeno digno de ser estudiado al menos con mayor profundidad.

* Publicado en revista Claves (Salta), septiembre de 2014. 

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