El expresidente brasileño Jair Bolsonaro (2019-2022) quedó en el umbral de la inhabilitación electoral por ocho años por haber cometido delitos de abuso de poder el año pasado, luego de que el Tribunal Superior Electoral suspendiera hasta este viernes la sesión en la cual la condena contra el líder ultraderechista es apoyada por un parcial de 3 votos contra 1, cuando faltan tres magistrados votar.
La corte electoral debió suspender por falta de tiempo la sesión y decidió la continuidad mañana, pero de los tres magistrados que faltan votar se espera que apenas uno pueda defender a Bolsonaro de la acusación.
Bolsonaro, dirigente del Partido Liberal, dijo hoy que el proceso en la corte electoral es una «injusticia».
La fiscalía electoral pidió la inhabilitación hasta 2030 por haber denunciado falsamente el 18 de julio de 2022 ante más de 100 embajadores que el sistema electoral era «inseguro» y podía haber «fraude» en su contra.
El relator del caso, juez Benedicto Gonçalves, votó el pasado martes por inhabilitar al ultraderechista por ocho años hasta 2030 a partir de 2022, es decir, que quede fuera de las presidenciales de 2026 y las municipales de 2024 y 2028, tal como lo pidió la fiscalía.
El mismo voto fue seguido este jueves por los magistrados Floriano de Azevedo Marques y André Ramos Tavares.
En caso de que se confirme la inhabilitación, se abrirá un panorama novedoso sobre las candidaturas para 2026, en las cuales está en la fila la esposa de Bolsonaro, Michelle Firmo Bolsonaro, y los gobernadores de Minas Gerais, Romeu Zema, y el de San Pablo, Tarcisió de Freitas.
El voto a favor de la absolución de Bolsonaro lo dio el magistrado Raúl Araújo, pero todos los que han votado lograron absolver de la acusación al general retirado Walter Braga Netto, candidato a vice de Bolsonaro, al que consideraron ajeno a la organización de ese evento en el Palacio de la Alvorada con más de 100 diplomáticos extranjeros.
“Analizando línea por línea, me convencí de que tenía un claro objetivo electoral, no sólo en el sentido de cuestionar el sistema electoral sin pruebas ni evidencias consistentes, sino de elevar los beneficios electorales en detrimento de sus competidores”, dijo en su voto Floriano.
También sostuvo que el presidente «habló en contra de la patria» ante delegaciones extranjeras basado en una mentira para diseminar falsedades sobre el sistema electoral.
Además, al caso se le agregaron episodios posteriores como el hallazgo de una borrador de un escrito sobre un golpe de estado para intervenir la justicia electoral en la casa del exministro de Justicia Anderson Torres, máximo responsable hasta el momento de la intentona del 8 de enero, preso con domiciliaria.
Con este resultado, quedan por votar los jueces Kassio Nunes Marques (magistrado designado por Bolsonaro), Carmen Lúcia Antunes y Alexandre de Moraes y se espera que estos dos últimos se inclinen por la inhabilitación contra el excapitán del Ejército.
Al mismo tiempo de la sesión, en la Radio Gaúcha, de Porto Alegre, el presidente Luiz Inácio Lula da Silva fue consultado sobre si consideraba una dictadura al gobierno de Nicolás Maduro, a lo que respondió en clave de la política doméstica.
«No tuvimos aquí un ciudadano, un vivillo que no quiso aceptar el resultado electoral? ¿No tuvimos aquí un ciudadano que quiso dar un golpe de Estado el 8 de enero? Hay gente que no quiere aceptar el resultado de las elecciones», dijo Lula, que venció 50,9% a 49,1% a Bolsonaro.
Antes de la sesión, Bolsonaro sostuvo que si es condenado habrá ocurrido una «injusticia» y un «ataque a la democracia».
«Dios mío, es una gran injusticia. Que me digan qué hice contra la democracia, siempre jugué dentro de las reglas constitucionales. Me juzgan por una reunión con embajadores, ridículo», sostuvo el dirigente del Partido Liberal, que tiene otros 15 procesos abiertos ante la corte electoral.
Bolsonaro está siendo juzgado por haber lanzado ante los embajadores noticias falsas y conspiraciones durante una actividad oficial que fue transmitida por la televisión oficial y las redes gubernamentales.
Según la fiscalía, este episodio fue el inicio de una larga cadena que falsamente puso en parte de la población una sospecha contra el sistema de urnas electrónicas.
Desde la derrota electoral el bolsonarismo ha intentando poner en duda el sistema de urna electrónica que rige en Brasil desde 1996 y lanzado desde octubre bloqueos de rutas con campañas de empresas de camiones, campamentos frente a batallones del Ejército y finalmente el asalto a las sedes gubernamentales el 8 de enero en Brasilia.
Al menos 1.390 personas están denunciadas y más de 1.100 procesadas esperando juicio por haber participado de la intentona, la primera desde el retorno de la democracia en 1985 tras 21 años de dictadura militar.
La Policía Federal encontró planes y pedidos de teniente coroneles del Ejército a Bolsonaro para que no reconociera la elección, solicitudes no atendidas por el mandatario, que el 30 de diciembre, 2 días antes de tener que entregarle la banda a Lula, dejó el país y permaneció por tres meses en Estados Unidos.
En la corte electoral se encuentra uno de los personajes más acusados de persecución por parte de los bolsonaristas, el juez Alexandre de Moraes, que también es juez del Supremo Tribunal Federal, la máxima instancia.
Moraes adelante los procesos penales contra Bolsonaro y varios dirigentes de ultraderecha acusados de atentar contra el estado de derecho desde 2019 mediante redes de desinformación en las plataformas digitales.
Es, también, el instructor de la investigación por el intento de golpe del 8 de enero.