La ciudad de Amparo, en el interior del estado de San Pablo, se convirtió en la primera a decretar, a partir de este viernes y hasta el 31 de enero, el toque de queda nocturno con ley seca y restricciones a las reuniones sociales desde que estalló la ola de contagio con la variante Ómicron del coronavirus.
Amparo, a 123 kilómetros de la ciudad de San Pablo, obliga a todos los comercios, incluidos bares y restaurantes, a cerrar sus puertas a las 23 horas y prohíbe a toda hora la realización de actividades sociales, eventos, fiestas y confraternizaciones, incluidas reuniones en residencias con personas ajenas al grupo familiar.
La municipalidad de Amparo, ciudad de unos 73.000 habitantes, explicó que registró 194 casos de covid-19 el jueves, un 1.112,5% más que una semana antes.
«La realización de fiestas, eventos y reuniones, tanto en espacio público como privado de uso colectivo, con o sin acceso del público en general, no podrá ocurrir», dice el decreto.
En ese marco, se ha prohibido el consumo de bebidas alcohólicas a partir de las 23 en la vía pública y a esa hora deberán cerrar todos los establecimientos comerciales con atención al cliente presencial.
También la municipalidad de Amparo prohibió alquilar propiedades por temporada para evitar la llegada de turistas.
La multa para quien viole la ley seca nocturna es de unos 300 dólares, mientras que el establecimiento que venda bebidas después de las 23 horas pagará el equivalente a casi 600 dólares.
Esta es la primera ciudad de Brasil que reacciona con restricciones desde que en septiembre comenzaron a aliviarse las medidas sanitarias y protocolos en el estado de San Pablo, el más poblado de Brasil con 46 millones de habitantes y el más golpeado por la pandemia.
Por Pablo Giuliano, en Télam