Finalizan los dos juicios que se llevan adelante por el terrorismo de Estado en Campo de Mayo: el lunes, el veredicto en la causa «Vuelos», la primera que analiza los vuelos de la muerte en el Ejército, y el miércoles será el turno de la Megacausa, que abarca 14 expedientes por crímenes contra 350 personas.
En Vuelos están acusados Santiago Omar Riveros, entonces comandante de Institutos Militares y jefe de la zona de Defensa IV y el comandante del Batallón de Aviación 601 y su plana mayor: Luis del Valle Arce, Delsis Malacalza. Eduardo María Lance y Alberto Conditti, este último apartado por problemas de salud.
Están imputados por el asesinato de 4 personas cuyos cuerpos aparecieron en la costa atlántica en 1976 y 1978, Adrián Enrique Accrescimbeni, Juan Carlos Rosace, Rosa Eugenia Novillo Corvalán y Roberto Ramón Arancibia.
Casi no hubo sobrevivientes entre las miles de personas que se sabe que pasaron por Campo de Mayo, por lo que fueron los testimonios de exconscriptos que hicieron el servicio militar en el Batallón 601 de Aviación los que permitieron reconstruir el funcionamiento de todo el mecanismo de exterminio.
“El centro de esta causas está en los testimonios de los soldados que vieron distintas cosas, cada uno vio un pedacito de la historia: hay un soldado que vio como llevaban rumbo al aeródromo de Campo de Mayo un camión con gente adentro, otro vio cuando limpiaban ampollas de líquido que le ponían para adormecerlos, otro cómo ordenaban levantar la barrera sin revisar cuando venían camiones cargando gente rumbo a la pista y que en la pista esperaba un avión”, explicó Pablo Llonto, abogado querellante en representación de familiares de las víctimas.
“Esto reafirma la necesidad de que el Estado haga campañas y que los juzgados convoquen masivamente a los exsoldados a dar testimonio porque son la última esperanza que queda de obtener algún dato. A esta altura es muy difícil que aparezca un sobreviviente nuevo o encontrar nueva documentación, pero no es difícil lograr tomarle testimonio a los exsoldados y quedan decenas de miles por declarar”, añadió Llonto
La fiscal Mercedes Soiza Reilly, quien integró el equipo del Ministerio Público Fiscal junto al fiscal general Marcelo García Berro, destacó también el rol de los soldados como “testigos involuntarios que lograron sacar a la luz eso que se quiso ocultar”.
A eso, se sumaron los archivos secretos encontrados en el Ministerio de Defensa, que permitieron descubrir la estructura que se puso al servicio del plan sistemático. “El Batallón de Aviación del Ejército 601 facilitó recursos para completar el plan criminal, ya sea aviones, pilotos, una pista especial para los vuelos clandestinos y material de pista”, detalló.
“Lo que hicimos acá, a diferencia de la ESMA, es poder probar una estructura represiva al servicio de los vuelos. En la ESMA nos faltó la estructura y pudimos lograr la imputación a pilotos”, añadió la fiscal, quien investigó los vuelos en ambos juicios.
La audiencia de este lunes será la primera y única que será presencial ya que todo el juicio se desarrolló de manera remota. El veredicto está previsto para las 14 y a excepción de los imputados, que seguirán la lectura a la distancia, el resto estará en la sala de Pueyrredón 3728, San Martín.
El juicio de la Megacausa de Campo de Mayo tendrá veredicto este miércoles a las 14. El debate comenzó en abril de 2019 y durante más de 3 años se investigó el funcionamiento de toda la estructura represiva de Campo de Mayo, donde funcionaron varios centros clandestinos de detención y la maternidad clandestina en el Hospital Militar. Además, fue la sede de la Zona de Defensa IV, que tenía el control de la zona norte del conurbano bonaerense hasta las ciudades de Zárate y Campana.
Este es el primero gran juicio de Campo de Mayo, ya que históricamente las causas fueron elevadas de manera fragmentada. “Esto permite dar respuesta a una gran cantidad de familiares que se sabía que las víctimas habían sido llevadas al Campo de Mayo y que no nunca habían tenido la oportunidad de estar en un juicio oral. Nunca hubo una respuesta masiva a los familiares de Campo de Mayo, a las víctimas y esta vez sí. Tiene esa trascendencia”, explicó Llonto, querellante también en este debate, y lamentó: “Como todo juicio largo, en el transcurso murieron algunas víctimas, esa es la parte triste. Se llega al final pero hay mucha gente que no va a poder ni siquiera tener la pequeña reparación de escuchar el veredicto”.
Hay 19 imputados, entre ellos la plana mayor de la Zona de Defensa IV, como Riveros, Luis del Valle Arce, Carlos Javier Tamini, Mario Rubén Domínguez y Bernardo Caballero; exmiembros del Batallón 601 enviados como torturadores expertos y gendarmes que integraban las guardias del Campito, entre otros.
De manera similar a lo que sucedió con exconscriptos, los testimonios de exgendarmes de los escalafones más bajos de la fuerza aportaron a la reconstrucción del funcionamiento del centro clandestino, ya que fueron enviados a cumplir guardias en el exterior del Campito y pudieron reconocer a varios de los responsables.
Entre las 350 víctimas hubo 14 mujeres embarazadas cuyos hijos e hijas fueron apropiados y una gran cantidad de obreros y delegados secuestrados de manera masiva en empresas como Dálmine Siderca, Mercedes Benz, Ford o las cerámicas Lozadur y Cattáneo, entre muchas otras. Sin embargo, no hubo ningún responsable empresarial imputado.
Una de las ausencias más notables fue el exgerente de producción de Mercedes Benz Argentina Juan Ronaldo Tasselkraut, beneficiado por la jueza federal 2 de San Martín, Alicia Vence, quien demoró 6 años en llamarlo a indagatorio y luego lo sobreseyó.
Por Gerardo Aranguren, en Tiempo