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Carta a Milagro: ‘La memoria de Raúl queda viva entre nosotros’

Querida Milagro, no hay palabras para expresar la tristeza, no hay palabras para aliviar el dolor.

Furiosos los predicadores del odio, no pueden quebrarte.

Furiosos los señores de a caballo, los adoradores del litio, los traidores del agua.

Furiosos, no pueden quebrar una mujer, una mujer que se puso de pie, sembró viviendas, repartió vasos de leche, arrojó verdades en el rostro del poder.

Perturbaste el “orden público” Milagro ¡Claro que lo perturbaste! El orden fundado por coloniales conquistas. El orden que sacrifica la Pachamama en el altar de los negocios. El orden que desprecia “cabecitas negras”, aplasta pobres, invierte dólares en opacos condados.

Furiosos los manipuladores de votos y discursos, los fabricantes de títeres a sueldo, los hacedores de constituciones a medida.

Furiosos pues los tiempos cambian, furiosos pues vientos anuncian otras melodías en la quebrada. Los pueblos originarios dicen, esta tierra es nuestra, sabemos sembrar, sabemos cultivar, sabemos criar horizontes. Somos seres dignos, no animales. Los pueblos originarios organizan el Tercer Malón de la Paz, marchan a la capital para proclamar sus derechos, para decir esa Constitución es falsa, está fuera de ley, deben abolirla.

Tú lo sabes Milagro, te quieren quebrar por ser símbolo, ser mujer, ser fruto de tierra jujeña. Pero se equivocan, los símbolos cuanto más cárcel y matracas, más se fortalecen. Entiendan eso señores opresores, Historia así lo enseña.

Por eso te enviamos estas palabras Milagro, más que pésame palabras de aliento, palabras para decir la memoria de Raúl queda viva entre nosotros, su lucha no fue en vano.

Estas palabras son de todos, no necesitan firma, palabras de luz y barro, de tierra y cielo, ya no podrán amordazarlas. No podrán quebrarte, seguiremos soñando, seguiremos volando.

¡Raúl Noro presente! ¡Ahora! ¡Y siempre!

¡Jallalla!

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