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Chile: Las consecuencias del rechazo a la nueva Constitución en el plebiscito 

Gabriel Borich. Foto: Eugenia Neme/Télam

El rechazo a la nueva Constitución de Chile se impuso con 61,87% de los votos válidos del plebiscito de este domingo contra 38,13% favorable a la aprobación, cuando se había completado 99,86% del escrutinio oficial.

Tras conocerse el resultado, el presidente Gabriel Boric llamó a los dirigentes políticos a escuchar “la voz del pueblo”, que se expresó “de manera fuerte y clara” en la consulta, y anticipó que hará cambios en su gabinete.

Paralelamente, convocó a líderes de los partidos políticos y de las dos cámaras del Congreso para analizar este lunes por la tarde la continuidad del proceso constitucional.

“Hay que escuchar la voz del pueblo; esta decisión exige a nuestras instituciones que trabajemos hasta arribar a una propuesta que nos interprete a todos, que dé confianza”, afirmó el mandatario en un mensaje al país.

“Esta decisión exige a nuestras instituciones y actores políticos que trabajemos con más empeño, con más diálogo, con más respeto y cariño, hasta arribar a una propuesta que nos interprete a todos, que nos dé confianza, que nos una como país”, manifestó.

El mandatario agregó: “Debemos ser autocríticos; los chilenos y chilenas han exigido una nueva oportunidad para encontrarnos y debemos estar a la altura de este llamado; no podemos dejar pasar el tiempo ni enfrascarnos en polémicas, hago un llamado a todas las fuerzas políticas a poner todo de su parte”.

Por otra parte, Boric adelantó que hará cambios en el gabinete: “Hacer frente a estos importantes y urgentes desafíos requerirá prontos ajustes en nuestros equipos de gobierno, para enfrentar este nuevo periodo con renovados bríos”, dijo.

Más temprano, tras conocerse los primeros resultados oficiales, dirigentes partidarios de la aprobación admitieron la derrota. “Estamos impactados, tristes, pero reconocemos naturalmente la derrota; es una voz que habló de manera muy limpia y que hay que escuchar con humildad y agradecimiento”, afirmó la presidenta de la Federación Regionalista Verde Social (FRVS, partido oficialista), Flavia Torrealba.

“La Constitución de Pinochet está enterrada, el proceso sigue en marcha; vamos a una segunda etapa de esta conversación”, agregó.

Asimismo, la exconvencional Bárbara Sepúlveda, del Partido Comunista, dijo que “Chile va a tener una nueva Constitución; tarde o temprano, la decisión democrática del pueblo se va a volver a manifestar y ese proceso va a representar a las grandes mayorías”.

Vlado Mirosevic, del Partido Liberal, también reconoció la derrota del Apruebo y advirtió que “eso no quiere decir que haya sido un rechazo al gobierno ni mucho menos al proceso de nueva Constitución”.

En cambio, el también exconvencional Rodrigo Mayorga fue menos optimista: “Hoy se acaba el proceso constituyente que se inició en 2019; termina sin un texto, porque así lo ha decidido Chile”, escribió en Twitter. “Cualquier nuevo proceso depende ahora de nuestro Congreso, o al menos de 4/7 de sus miembros, en ellos queda ahora la responsabilidad de este momento histórico”, añadió.

Mientras tanto, simpatizantes del rechazo festejaban en caravanas de autos, que habían tomado las calles de distintos sectores de la capital y de otras ciudades del país, con banderas chilenas y bocinazos.

“Este es el triunfo no de Chile Vamos, sino del sentido común”, dijo el presidente de la pinochetista Unión Demócrata Independiente (UDI), Javier Macaya, desde uno de los comandos del rechazo.

“Convocaremos a todos los partidos con representación parlamentaria para promover un diálogo que nos permita cumplir con el compromiso de avanzar hacia una Constitución que sea un factor de unidad», dijo el presidente del Senado, Álvaro Elizalde, del Partido Socialista.

“También escucharemos a otros movimientos sociales y representantes de la sociedad civil, con el objeto de promover un diálogo que nos permita a la brevedad posible transmitir una certeza a Chile: el camino institucional para cumplir con el compromiso de avanzar hacia una Constitución que sea un factor de unidad entre todas las chilenas y chilenos”, agregó Elizalde desde el palacio presidencial.

Por su parte, el presidente de la Cámara de Diputados y Diputadas, Raúl Soto, dijo que la idea es dar comienzo a una búsqueda que «una a todos los chilenos».

«Esta búsqueda de un pacto social que permita fijar las reglas de nuestra convivencia democrática para las próximas décadas en Chile requiere de un esfuerzo colectivo de todos los chilenos y chilenas», aseguró.

«Tenemos una segunda oportunidad, probablemente va a ser la última y no la podemos farrear», expresó Soto.

Sobre los plazos para llegar a un primer acuerdo, el presidente de la Cámara de Diputados fue consultado por la posibilidad de que se logre antes del 11 de septiembre, aniversario del golpe de Estado de 1973, y dijo que sería “lo ideal».

Qué se votaba

Los chilenos fueron este domingo a las urnas para decidir en plebiscito si aprobaban o rechazaban el proyecto de Constitución elaborado con el fin de sustituir la carta magna vigente, sancionada durante la última dictadura (1973-90). Las encuestas vaticinaron una desaprobación mayoritaria.

La expectativa era enorme no solo por lo trascendente de la decisión sino por el hecho de que, a diferencia de las elecciones generales -a las que suele concurrir alrededor de la mitad del padrón-, esta vez el voto era obligatorio para los alrededor de 15 millones de ciudadanos registrados.

Actualmente, Chile se rige por la Constitución de 1980, sancionada durante la dictadura del general Augusto Pinochet, que tuvo una importante reforma en 2005, durante el gobierno del presidente constitucional Ricardo Lagos.

Sin embargo, ese texto fue el centro de los reclamos ciudadanos en el estallido social de octubre de 2019, que llevaron a un acuerdo entre casi todos los sectores políticos para redactar una nueva carta magna.

La propuesta de nueva Constitución, escrita por 154 convencionales constituyentes elegidos con la participación de los pueblos originarios, buscaba establecer en sus 388 artículos un Estado de bienestar en el país.

Entre los cambios principales, postulaba que Chile pasara de ser una “república democrática” a una “democracia paritaria”, asegurando que las mujeres ocupen al menos 50% de todos los órganos del Estado. También buscaba definir al país como un Estado plurinacional e intercultural, con el reconocimiento de 11 pueblos, que tendrían sus respectivas autonomías regionales indígenas y sistemas jurídicos de los pueblos indígenas con respeto a la Constitución.

El texto rechazado este domingo proponía cambios en el sistema político, tales como la introducción de una reelección para el presidente, la eliminación del Senado y su reemplazo por una “cámara de las regiones” con menos poder que aquel y la facultad de elaborar leyes acotadas a acuerdos regionales, y mayores atribuciones a la Cámara de Diputados.

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