Cierre del G20: Condena a la guerra y compromiso de afrontar crisis alimentaria

La cumbre del G20 concluyó este miércoles con el compromiso asumido por los líderes de las 20 economías más desarrolladas de afrontar de manera conjunta la crisis alimentaria que afecta al orbe, además de alentar el diálogo como solución de las crisis. «Nos comprometemos con proteger a los más vulnerables frente al hambre utilizando todas las herramientas disponibles», destacó la declaración.

En el fin del cónclave de dos días, celebrado en la ciudad indonesia de Bali, los dirigentes manifestaron que tomarán “medidas urgentes para salvar vidas, prevenir el hambre y la malnutrición», en especial en los países más vulnerables.

Condena no unánime

En la declaración final del foro aprobada por todos los países, entre ellos la propia Rusia, el presidente Alberto Fernández y los jefes de Estado y de Gobierno y cancilleres asistentes a la cumbre en la isla de Bali expresaron que «la mayoría de los miembros del G20 condenan con firmeza la guerra en Ucrania».

En la declaración, de 55 páginas y con varios anexos, los líderes admitieron que «hubo otros puntos de vista y diferentes evaluaciones de la situación y las sanciones» contra Moscú.

Los presidentes, primeros ministros y otros dignatarios reconocieron que el G20 “no es el foro para resolver las cuestiones de seguridad” y afirma que esas “cuestiones de seguridad pueden tener consecuencias significativas para la economía mundial”.

El presidente indonesio y anfitrión del encuentro, Joko Widodo, dijo durante la última sesión de debates y repitió luego en conferencia de prensa: «Paren la guerra. Repito: paren la guerra. Hay mucho en juego. La guerra traerá solo miseria a la gente».

Los líderes del G20 dijeron en el comunicado final que el conflicto en Ucrania resultante de la invasión rusa estaba causando «un inmenso sufrimiento humano y exacerbando las fragilidades existentes en la economía mundial». Además, consideraron «inadmisible» el uso de armas nucleares o las amenazas de recurrir a ellas y pidieron la «continuidad» de los acuerdos firmados en julio para exportar los cereales ucranianos bloqueados por la guerra y los fertilizantes rusos afectados por las sanciones.

Esos pactos, claves para la seguridad alimentaria del mundo, vencen el próximo sábado y todavía no hay certezas de que sean extendidos. Sin embargo, el presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, afirmó hoy que su par ruso, Vladimir Putin, le «dio luz verde para renovar el acuerdo».

«Hay discusiones en curso y por ahora mi opinión es que continuará sin ningún problema», declaró el mandatario en una conferencia de prensa realizada durante la cumbre del G20 en Bali y tras mantener una bilateral con el jefe de Gobierno alemán, el canciller federal Olaf Scholz.

«Durante las conversaciones previas con Putin me dio luz verde a la renovación de estos acuerdos», añadió y anticipó que al regresar de Indonesia volverá a dialogar con el líder del Kremlin.

Ucrania es uno de los principales productores de cereales del mundo, pero tuvo hasta 20 millones de toneladas de granos bloqueados en sus puertos a raíz de la invasión de Rusia. Esto se revirtió con el acuerdo firmado en julio, con la mediación de Turquía y la ONU, pero el Kremlin pone en duda su continuidad al argumentar que no se cumplió la parte que facilitaba la venta de sus fertilizantes y que los alimentos que salen de Ucrania no están yendo a los países que más lo necesitan.

El misil

La última sesión plenaria en el G20 fue sobre transformaciones digitales, pero la agenda y las reuniones bilaterales se vieron afectadas por la caída de un misil en Polonia, cerca de la frontera con Ucrania, que mató a dos personas. Polonia y la OTAN dijeron que el misil habría sido disparado por las defensas antiaéreas de Ucrania, y no por Rusia, para defenderse de una ola de ataques lanzada ayer por Rusia contra varias ciudades ucranianas.

Horas antes, los líderes de países del G7 y la OTAN que estaban en Bali organizaron una reunión de emergencia, y, en una declaración posterior, el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, afirmó que la información preliminar indica que es «improbable» que el misil fuera disparado desde Rusia.

También habló del tema el mandatario ucraniano, Volodimir Zelenski, que le dijo a los líderes del G20 que «hay un Estado terrorista» entre ellos, y acusó al Kremlin de haber lanzado el misil que cayó en Polonia y mató a dos personas.

La caída del proyectil es «un verdadero mensaje traído por Rusia a la cumbre del G20», manifestó Zelenski en el segundo mensaje por videoconferencia que dio en el marco de la cumbre.

Por lo contrario, Macron insistió en el G20 en ser «muy prudentes» sobre el origen de los misiles que cayeron en Polonia, pero sí recalcó que Ucrania sufre «desde hace semanas» un lanzamiento «masivo» de misiles rusos contra infraestructuras civiles, sobre todo energéticas.

Más allá de la tensión que generó el episodio y las reuniones de emergencia, los líderes decidieron continuar normalmente su agenda en el G20.

Durante la última sesión plenaria, el anfitrión de la cita, el presidente de Indonesia, Joko Widodo, transfirió al primer ministro de India, Narendra Modi, la presidencia pro témpore del Grupo de los 20. India asumirá de manera formal la presidencia del G20 a partir del 1 de diciembre próximo.

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