En el marco de la conmemoración por el “Día Internacional de la Mujer”, el Teatro El Pasillo inicia el ciclo “Pensar Mujeres” con una serie de tres monólogos sobre la vida de Ana María Villareal, Encarnación Ezcurra y Manuela Sáenz. El objetivo es traer a la memoria estas figuras y pensarlas en nuestra historia común.
La primera se llevará a cabo este viernes, a las 21:30 horas, en la Sala Carime Estopiñan se presentará “En-sayo” performance sobre la vida de Ana María Villareal, un monólogo de María Laura Buccianti que llega de la provincia de Salta.
Villarreal fue una salteña fusilada en Trelew un 22 de agosto 1972. Tras una fuga en la que su esposo – Roberto Santucho, fundador del ERP – llegó a Chile con otras personas. En Chile supo del final de su mujer con la que recorrió Latinoamérica antes de que tomaran las armas.
Villarreal nació en 1936 en el seno de una familia de clase media salteña. Cursó sus estudios secundarios en el colegio religioso Santa Rosa. Allí la apodaron “Sayo”, por sus ojos rasgados como una japonesa. Egresó en 1953 con el título de maestra normal nacional para luego partir a Tucumán en donde se licenció en Artes Plásticas.
En esos años conoció al contador Roberto Santucho. Un santiagueño que creció en una casa en donde convivían radicales y comunistas declarados. Se casaron en junio de 1960 y convirtieron la luna de miel en una experiencia que iba al encuentro de la certeza revolucionaria que tenía en la Cuba de Fidel Castro y el Che Guevara un faro luminoso.
Siguiendo con la programación, el sábado 9 de marzo a las 21:30 horas, en la Sala Carime Estopiñan, se repondrá “Yo, Encarnación Ezcurra de Cristina Escofet”, unipersonal de Huerto Rojas Paz acompañado por la guitarra de Pablo Herrera y la Dirección de Jorge de Lassaletta. Elenco de la provincia de Tucumán.
Encarnación Ezcurra, la mujer de Rosas, fue artífice en las sombras de la Revolución de los Restauradores, es una figura maltratada por la historia oficial, pero de una riqueza evidenciada en las intensas cartas que enviaba a su hombre en el desierto.
Tan apasionada por su esposo como por la causa política que los unía, nos encontramos con ella en los últimos momentos de su corta vida, recluida en sus habitaciones, obsesionada por el pasado: el intenso amor que la unió a Rosas y el poder que ya la ha abandonado.
Por último, el viernes 15 y sábado 16 de marzo, a las 21:30 horas, en la Sala Carime Estopiñan se podrá disfrutar de la puesta “La Celebración de Manuela Sáenz”, de Luis Zuñiga. Se trata de un unipersonal de Cecilia Hopkins que cuenta con un elenco de CABA.
Manuela Sáenz de Vergara y Aizpuru o Manuela Saenz de Thorne (Quito, 27 de diciembre de 1797-Paita, 23 de noviembre de 1856), conocida también como Manuelita Sáenz, fue una política y militar ecuatoriana, prócer de la independencia hispanoamericana, que por sus actividades heroicas en favor de la Independencia del Imperio Español, recibió la orden peruana de «caballeresa del Sol» en 1822, por el general José de San Martín, el rango de coronel por el Congreso de la Gran Colombia por su participación en la batalla de Junín, igualmente recibió el título de Libertadora del Libertador que le otorgó Simón Bolívar al salvarle la vida durante la conspiración Septembrina en Bogotá.
Sostuvo con Bolívar una épica relación sentimental, intelectual y de ideales de la campaña libertadora, donde se le atribuye la concepción de la Patria Grande. Vivió sus últimos días exiliada en el puerto de Paita en Perú, fue visitada por importantes personajes de la época, como Giuseppe Garibaldi (líder de la unificación italiana) y Herman Melville (escritor de Moby Dick), como también recibió la visita del ilustre maestro Simón Rodríguez. Conservó las cartas de Bolívar, a quien veneró hasta sus últimos días.