El ministro de Economía y candidato de Unión por la Patria, Sergio Massa, anunció el domingo durante el debate presidencial que pondrá en marcha un programa de creación de una moneda digital argentina. Desde su equipo explicaron que la nueva Moneda Digital Argentina (MDA) tendría la principal ventaja de “facilitar las operaciones digitales y generar oportunidades, autonomía e independencia a personas y empresas a partir de la simplificación financiera”.
Además permitiría reducir impuestos y comisiones, generando incentivo de uso, pues se evitaría la burocracia financiera, incluyendo a sectores no digitalizados ni bancarizados.
“La moneda digital, y la mayor digitalización, contribuyen al equilibrio fiscal, y es la única viable al no forzar ajustes draconianos ni requerir de impuestazos que afecten negativamente el ingreso de las familias argentinas”, explicaron en Economía. Es que, al blanquearse, las transacciones de la economía informal se incorporan al sistema legal. De esta forma, el sistema de moneda digital aumentaría la base de contribuyentes y permitiría una mayor eficiencia recaudatoria.
Sobre este punto, aseguraron: «La iniciativa permite reducir los impuestos nacionales y provinciales, las comisiones de operación en plataformas y facilita la operación p2p (peer-to-peer)».
Según precisaron, la MDA será solo “el inicio de un programa de políticas orientado a evolucionar el vigente sistema de pagos digitales minoristas en el que participan las fintech, los bancos comerciales y las cámaras compensadoras bajo la supervisión y regulación del BCRA”.
Además, desde el entorno del ministro de Economía explicaron que el programa cuenta con dos etapas: primero se fortalecerá el ecosistema existente y luego se avanzará en una “nueva infraestructura provista y respaldada por el Banco Central”, generando capacidades para emitir una moneda digital o virtual.
Beneficios y ventajas
- Está orientada a evolucionar el vigente sistema de pagos digitales minoristas en el que participan las fintech, los bancos comerciales y las cámaras compensadoras bajo la supervisión y regulación del Banco Central (BCRA).
- Su objetivo final es impulsar el uso de los medios de pago digitales, formalizando las cadenas de pago y disminuyendo el uso del efectivo.
- Permitirá más libertad y autonomía a la hora de realizar transacciones en lo cotidiano, de fácil uso y acceso, incluyendo sectores no digitalizados ni bancarizados y evitará la burocracia financiera.
- La MDA y la mayor digitalización contribuyen al equilibrio fiscal, siendo la única viable al no forzar ajustes ni requerir de impuestazos que afecten negativamente el ingreso de las familias argentinas.
- Facilita el acceso a personas y empresas a las operatorias digitales, simplifica los procesos y genera incentivos de uso logrando libertad financiera, de manera segura y sencilla.
- Da respuesta y herramientas para incorporar la economía informal al circuito formal, y así, al formalizar la economía, aumenta la base de contribuyentes y permite una mayor eficiencia recaudatoria.
- Permite reducir los impuestos nacionales y provinciales, las comisiones de operación en plataformas y facilita la operación red de pares (p2p).
- A diferencia de la dolarización o el bimonetarismo libre, introduce incentivos para alentar el uso de medios digitales, revisando el esquema de retenciones impositivas y otras medidas impositivas.
- Es un programa en dos etapas: primero se fortalece el ecosistema existente y posteriormente se avanza en una nueva infraestructura provista y respaldada por el Banco Central (BCRA), generando capacidades para que éste último pueda emitir una moneda digital o virtual.
Cómo será
Respecto del modo en que podría llevarse a cabo, Carlos María de los Santos, exdirector del Nuevo Banco del Chaco y presidente de la fundación Inclusión Productiva, que creó el PAD (Peso Argentino Digital) y le presentó hace unos años este proyecto a Sergio Massa, explicó que una vez aprobada la ley, se habilitaría un plazo para que las personas digitalicen todo el dinero que tengan en efectivo, ya sea en el banco o en la billetera virtual de preferencia.
Una vez finalizado este plazo, se dejaría de usar definitivamente la plata física.
De los Santos indicó que el programa no prevé la creación de una plataforma oficial para el uso de la moneda, sino que el objetivo principal es registrar todos los movimientos, independientemente de si están gestionados por un banco privado, público o una billetera virtual.
De manera contundente, el especialista aseguró que si él fuese el presidente del Banco Central, se animaría a aplicar esto “de manera inmediata”.
“Hoy los estudios demuestran que la conectividad está en el 95 por ciento. Con el 5 por ciento restante hay que buscar una solución complementaria. Que inviertan en arreglar la conectividad que funciona a medias y conectar a aquellos que no la tienen. Mientras tanto, solucionemos el tema con ese 95 por ciento”, comentó en diálogo con el diario Página|12.
“Lo importante es que queden registradas las transacciones y paguen impuestos, independientemente de que después un juez diga si son delitos o no. Y tener un superávit fiscal que me permita después bajar el impuesto y realmente vivir ordenado y no tengas que hacer ajuste para cumplir las metas del FMI”, finalizó.
En el mundo
Las Monedas Digitales de Banco Central (MDBC) —o CBDC, por sus siglas en inglés— existen en muchos países del mundo como una manera de responder a las crecientes criptomonedas y adaptar el sistema a una economía cada vez más digitalizada.
De 81 bancos centrales de países que representan el 76% de la población mundial y el 94% de la producción económica global, nueve de cada 10 organismos están explorando las CBDC. La idea es crear una versión digital del efectivo, mientras que en países con menor penetración de pagos digitales el objetivo es mejorar la inclusión financiera.
Entre los que estudian su implementación en la región está el Banco Central de Chile, que considera que una moneda digital minorista podría contribuir a maximizar los beneficios de las transformaciones tecnológicas y mitigar los riesgos asociados a ellas, aunque por otro lado advirtió por su alto costo y las complicaciones operativas que aún faltan por resolver.