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La autopsia de la bebé que apenas vivió unas horas determinó que la criatura murió por parto prematuro, a los siete meses de gestación, y por violencia externa, lo que coincide con la denuncia de la madre, quien asegura que su expareja la golpeó en el vientre.
La mujer, de 22 años, de quien solo trascendió su nombre, Iris, ingresó en el Hospital Pablo Soria de la capital provincial con un embarazo de siete meses y un cuadro de rotura del saco amniótico. Los médicos le practiaron una cesárea prematura y comprobaron que la beba presentaba golpes en distintas partes del cuerpo. Los hematomas quedaron descriptos en la historia clínica de la recién nacida.
En tanto, la abuela de Iris deunció que la beba murió por la paliza que le dio Gabriel Garay, denuncia que recayó en la Fiscalía de Investigaciones Penales de turno, a cargo de Alejandro Maldonado. Garay aún está libre.
La beba presentaba hematomas en la cabeza y fracturas en las piernas, sufridos cuando aún se encontraba en el vientre de su madre. Los golpes también provocaron la rotura del saco amniótico que obligó a los médicos a practicar la cesárea prematura.
Garay, un exconvicto, fue imputado del delito de homicidio agravado por el vínculo en concurso real y lesiones graves.
