Marcela Cosentini relató cómo vivió la detención de su padre, y afirmó: «Los ideales de mi papá viven en mí y en mi familia; con eso no pudieron». La mujer dijo que tenía 12 años cuando secuestraron y desaparecieron a su padre, que fue a buscar unos libros que le habían sacado durante un allanamiento en la casa. Nunca más lo vio.
Marcela contó: «Ese mismo día escuché a mi mamá decir que a papá lo habían secuestrado. Nos abrazamos con mi hermana y lloramos las dos. Ahí comenzó la búsqueda incansable de mi madre”.
Luego de mucha búsqueda detienen a la mamá de Marcela, luego la liberan y deciden irse a vivir a Buenos Aires. Al regresar a la provincia, un primo de la familia les dijo que Cosentini había sido fusilado cerca de la caballería del RIM 20.
«Una tarde va a la casa de mi abuela un militar, y cuando me vio me dijo ‘cuando seas grande vas a ser extremista y vas a tirar bombas’. Era el Teniente Bulgheroni», evocó la testigo.
Luego fue el turno de María Eugenia Villada, que dirige la Casa de las Madres de Jujuy. También relató el secuestro de su padre, durante un allanamiento en la vivienda de la familia, en noviembre de 1976. «Mi casa estaba rodeada de policías y militares”, describió.
«Nunca más lo vimos y mi mamá nunca dejó de buscarlo. Y se le fue la vida. Nunca pudo declarar en los juicios todo lo que sabía”, señaló Villada.
Recordó que en un operativo realizado en 1981 en el domicilio de Vicente Cosentini encontraron un papel donde decía: «Operativo latigazo: Villada, Cosentini, Álvarez García». Los tres permanecen desaparecidos.
El Astiz jujeño
El primer testigo de la jornada fue el ex detenido Hugo Condorí, que calificó al ‘Gaucho’ Martín, uno de los acusados en este juicio, como «el Astiz jujeño».
Contó que en una ocasión, en 1973, llegó a San Salvador de Jujuy con Jorge Weiss -ambos eran dirigentes del Sindicato del Azúcar de la Empresa Ledesma- a entregar un comunicado gremial a los dos diarios locales. Al entrar en las oficinas de El Tribuno de Salta, cerca de la Iglesia San Francisco, se encontraron con Mendoza, a quien también conocían como dirigente sindical de la Asociación Jujeña de Empleados y Obreros de la Provincia (Ajeop), porque participaba de las asambleas sindicales activamente.
En ese encuentro, Martín, luego de querer quitarle a Condorí las llaves del vehículo donde circulaban, forcejeó con él, y se pelearon a golpe de puño en la vereda del diario. Weiss consiguió llamar por teléfono al abogado del sindicato, Guillermo Snopek, quien les dijo que acompañaran a los que querían detenerlos a la federal y logró que los liberen. «Me apuntó con una pistola”, recordó Condorí.
La referencia al marino Alfredo Astiz se relaciona con que Mendoza jugó el papel de infiltrado en las asambleas sindicales, llevando información a la Policía Federal, fuerza a la que pertenecía.