Las últimas novedades en la causa judicial por el asesinato de Matías «Luri» Sosa abrieron expectativas sobre la posibilidad de que se llegue al fondo de la investigación. Por un lado, la carátula pasó de «homicidio en ocasión de robo» a «homicidio criminis causa». Además, fue imputada por el hecho la mujer que manejaba el auto en el que se trasladó el asesino en la noche del 1 de mayo para dar muerte a Sosa.
«Es lo que pedíamos, porque queríamos saber quién era la mujer que manejaba el auto», comentó a El Submarino Radio (FM Conectar 91.5) Verónica Castillo, una de los amigues de Sosa que desde el día del crimen reclaman el esclarecimiento total.
El acusado de la autoría material del crimen es Rodrigo Cruz, un hombre que fue detenido tres días después del hecho y que actualmente está imputado de homicidio criminis causa. La mujer imputada es hija de un exdirigente sindical. «Como estaba en calidad de testigo, nosotros no podíamos nombrarla. Pero ahora está imputada. Igualmente, nosotros no decimos el nombre hasta que no lo diga la justicia», aclaró Castillo.
«Nos preguntamos por qué recién ahora la imputan, cuando ella fue fundamental para que se cometa el crimen. Ella iba al volante, trasladó al asesino; el asesino se bajó de su auto y se volvió a subir para irse con ella. Así que para nosotros ella no es partícipe secundaria sino que es principal», repasó la joven.
Por otro lado, los amigues de Sosa reclaman que se le dicte la prisión preventiva. «No está ni con prisión domiciliaria, está caminando libremente por la calle», demandó la joven.
«Además queremos que revisen su celular y sus redes sociales, que los crucen con las del asesino y con las de Luri», agregó. Esto se vincula al hecho de que, aparentemente, la mujer y el homicida se llevaron el celular de Sosa, y que luego del crimen las redes sociales de la víctima seguían activas.
También demandan «que la justicia vea el recorrido del auto a través de las cámaras de la ciudad y de los vecinos, porque hasta ahora no sabemos de dónde apareció el auto, por dónde venía caminando Luri», señaló.
Pasaron casi cuatro meses del 1° de mayo, cuando Luri Sosa, de 39 años, fue asesinado en la calle luego de haber participado de una celebración por el Día del Trabajador. El ataque fue en la esquina de Azopardo y Eva Perón, en el barrio San Pedrito. Allí fue apuñalado y abandonado en plena calle.
Horas después fue asistido por el SAME y trasladado al Hospital Pablo Soria, donde murió a causa de una de las siete puñaladas que recibió, que le perforó el pulmón.
Hasta ahora, se sabe que el asesino llegó hasta el lugar en un auto bordó que era manejado por una mujer. “Sabemos que la conductora y el asesino conocían a nuestro amigo», remarcó Castillo.
«¿Por qué el asesino no declaró todavía? ¿A quién está encubriendo? ¿Quién más estaba dentro del auto?», planteó la joven.
Para los amigues y familiares de Sosa, es preocupante que el fiscal pretenda elevar rápidamente la causa a juicio abreviado. «Vamos a pedir una prórroga para que investiguen más, no queremos que se cierre la investigación», indicó Castillo.
Mientras sostienen el reclamo, los allegados de Luri Sosa inauguraron un mural en el barrio donde vivía, y planean pintar varios más en otros puntos de la ciudad.
