Como la Cámara Alta no promulgó la ley que llegaba con media sanción desde Diputados, habrá que esperar al menos hasta el año que viene para volver a debatirla. Si no sale en 2019, al año siguiente la debatirá el Congreso con una nueva composición después de las elecciones.
El Congreso vivió una jornada histórica este 8 de agosto, más allá del resultado final de la votación del proyecto Interrupción Voluntaria del Embarazo. Como los Senadores no aprobaron el pliego que llegó con media sanción desde Diputados, la legalización del aborto en Argentina deberá esperar. Tal como establece el Artículo 81 de la Constitución Nacional, si una votación resulta negativa habrá que esperar al menos hasta el año siguiente, en este caso 2019, para volver a presentarlo: «Ningún proyecto de ley desechado totalmente por una de las Cámaras podrá repetirse en las sesiones de aquel año».
El año que viene será un año electoral. En caso de que no se trate el mismo 2019, el debate sobre la legalización del aborto será tratado con una composición distinta tanto en la cámara de Diputados como en la de Senadores. Las ocho provincias que deben elegir sus senadores son: la Ciudad de Buenos Aires, Entre Ríos, Tierra del Fuego, Salta, Santiago del Estero, Chaco, Neuquén y Río Negro.
De las 24 bancas que se renovarán en el Senado, doce serán de legisladores que votaron en contra, once a favor y una abstención. O sea: la composición no cambiará demasiado pero queda por verse qué tan atravesada estará la campaña electoral y la decisión a la hora de votar después del profundo debate que se generó en la sociedad en los últimos meses en relación a la legalización del aborto.
En la cámara de Diputados, donde el proyecto se aprobó por apenas cuatro votos en la mañana histórica del 14 de junio pasado, el recambio será más marcado para aquellos que votaron a favor del proyecto. Se cambiarán 130 bancas, de las cuales 71 fueron diputados que votaron a favor, 57 en contra, una abstención y un ausente.