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Día Internacional del Gato: La primera de las tres fechas que lo homenajean cada año 

El primer Día Internacional del Gato del año se celebra este martes para celebrar su existencia y generar conciencia sobre su cuidado. El homenaje se repetirá el 8 de agosto y el 29 de octubre.

El Día Internacional del Gato es a modo de conmemoración por la muerte del gato presidencial Socks Clinton, del expresidente de los Estados Unidos Bill Clinton, quien fue mandatario desde 1993 a 2001. En la década de 1990, Socks fue muy famoso por ser el único felino en la historia de Estados Unidos en deambular por la Casa Blanca, incluyendo colarse en los actos públicos del presidente y apareciendo en la sala presidencial durante los actos de prensa.

Todo esto le hizo alcanzar gran popularidad en Estados Unidos como en el resto del mundo, mientras que tuvo una página web propia y millones de fans le enviaban cartas a través del correo desde todas partes del país. Desafortunadamente, a Socks le diagnosticaron cáncer y sus dueños decidieron darle la eutanasia precisamente el 20 de febrero de 2009 a la edad de 19 años y 11 meses.

A partir de ese momento, este día fue establecido por varias organizaciones de protección animal, como el Día Internacional del Gato, con el objetivo de rendir homenaje a estos animales de compañía y promover una campaña de adopción para proporcionar un hogar a los animales callejeros.

Los otros días del Gato

El 8 de agosto es otra de las fechas elegidas para celebrar a los gatos y se estableció en el año 2002 por iniciativa del Fondo Internacional Para el Bienestar Animal (IFAW), junto a otros grupos de derechos de los animales, con el objetivo de hacer visibles los derechos de los felinos.

El 29 de octubre es la última fecha del año en la que se celebra el Día Internacional del Gato. Nació como un día nacional en Estados Unidos y luego se extendió al resto del mundo. Fue Colleen Paige, una experta en mascotas, quien eligió esta fecha para promover adopciones felinas y fomentar la cultura de la tenencia responsable y convivencia con los animales.

Las ventajas de tener un gato

Se dice que el mundo se divide entre quienes aman y quienes detestan a los gatos. Lo que aparece como cierto es que nadie es indiferente a ellos.

Los que aman a los gatos suelen enumerar los beneficios que implica su presencia en el hogar humano:

Poemas dedicados

A un gato. Jorge Luis Borges

No son más silenciosos los espejos
ni más furtiva el alba aventurera;
eres, bajo la luna, esa pantera
que nos es dado divisar de lejos.
Por obra indescifrable de un decreto
divino, te buscamos vanamente;
más remoto que el Ganges y el poniente,
tuya es la soledad, tuyo el secreto.
Tu lomo condesciende a la morosa
caricia de mi mano. Has admitido,
desde esa eternidad que ya es olvido,
el amor de la mano recelosa.
En otro tiempo estás. Eres el dueño
de un ámbito cerrado como un sueño.

Oda al gato. Pablo Neruda

Los animales fueron
imperfectos,
largos de cola, tristes
de cabeza.
Poco a poco se fueron
componiendo,
haciéndose paisaje,
adquiriendo lunares, gracia, vuelo.
El gato,
sólo el gato
apareció completo
y orgulloso:
nació completamente terminado,
camina solo y sabe lo que quiere.

El hombre quiere ser pescado y pájaro,
la serpiente quisiera tener alas,
el perro es un león desorientado,
el ingeniero quiere ser poeta,
la mosca estudia para golondrina,
el poeta trata de imitar la mosca,
pero el gato
quiere ser sólo gato
y todo gato es gato
desde bigote a cola,
desde presentimiento a rata viva,
desde la noche hasta sus ojos de oro.

No hay unidad
como él,
no tienen
la luna ni la flor
tal contextura:
es una sola cosa
como el sol o el topacio,
y la elástica línea en su contorno
firme y sutil es como
la línea de la proa de una nave.
Sus ojos amarillos
dejaron una sola
ranura
para echar las monedas de la noche.

Oh pequeño
emperador sin orbe,
conquistador sin patria,
mínimo tigre de salón, nupcial
sultán del cielo
de las tejas eróticas,
el viento del amor
en la intemperie
reclamas
cuando pasas
y posas
cuatro pies delicados
en el suelo,
oliendo,
desconfiando
de todo lo terrestre,
porque todo
es inmundo
para el inmaculado pie del gato.

Oh fiera independiente
de la casa, arrogante
vestigio de la noche,
perezoso, gimnástico
y ajeno,
profundísimo gato,
policía secreta
de las habitaciones,
insignia
de un
desaparecido terciopelo,
seguramente no hay
enigma
en tu manera,
tal vez no eres misterio,
todo el mundo te sabe y perteneces
al habitante menos misterioso,
tal vez todos lo creen,
todos se creen dueños,
propietarios, tíos
de gatos, compañeros,
colegas,
discípulos o amigos
de su gato.

Yo no.
Yo no suscribo.
Yo no conozco al gato.
Todo lo sé, la vida y su archipiélago,
el mar y la ciudad incalculable,
la botánica,
el gineceo con sus extravíos,
el por y el menos de la matemática,
los embudos volcánicos del mundo,
la cáscara irreal del cocodrilo,
la bondad ignorada del bombero,
el atavismo azul del sacerdote,
pero no puedo descifrar un gato.
Mi razón resbaló en su indiferencia,
sus ojos tienen números de oro.

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