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Día Mundial de la Lucha contra el Trabajo Infantil

Se celebra internacionalmente todos los años para concientizar a la sociedad y profundizar los esfuerzos realizados por los diferentes Estados nacionales para luchar contra el trabajo infantil y sus peores formas.

En 2002, la Organización Internacional del Trabajo (O.I.T.) instituyó el primer Día Mundial contra el Trabajo Infantil para exponer esta problemática que afecta a niñas y niños alrededor de todo el mundo y que, en muchos casos, implica a las peores formas de trabajo.

El objetivo de la fecha es fomentar la lucha contra este flagelo, en tanto representa un obstáculo para los derechos de niñas y niños, a quienes priva de la educación, la salud, la recreación y las libertades elementales.

La O.I.T. ha creado dos convenios, el Convenio N° 182 sobre las Peores Formas de Trabajo Infantil y el Convenio N° 138 sobre la Edad Mínima de Admisión al Empleo, que establecen un marco regulatorio a los fines de proteger los derechos de niñas y niños en relación al trabajo.

En la Argentina rige, desde el año 2008, la Ley N° 26.390 que prohíbe el trabajo infantil de toda persona menor de 16 años y establece pautas para la protección del trabajo adolescente. A su vez, nuestro país ha puesto en marcha diversas políticas de protección y promoción de los derechos de niñas, niños y adolescentes que tienen como objetivo, entre otras cosas, la lucha contra el trabajo infantil.

El Plan Nacional de Acción por los Derechos de las Niñas, Niños y Adolescentes 2012 – 2015, establece como uno de sus objetivos prioritarios, “promover acciones que contribuyan a la erradicación del trabajo infantil, prestando especial atención a sus peores formas y al trabajo remunerado efectuado para empleadores”.

Asimismo, desde la Secretaría Nacional de Niñez, Adolescencia y Familia, se pusieron en marcha los Jardines de Cosecha, en los cuales los chicos no trabajan ni se encuentran en situación de trabajo, y pueden jugar, descansar y aprender mientras sus padres trabajan, ejerciendo plenamente sus derechos.

Del año 2004 a la actualidad, se registra una disminución en las actividades económicas desarrolladas por las niñas, niños y adolescentes de 5 a 14 años de las regiones de NOA, NEA, Gran Buenos Aires y provincia de Mendoza, de hasta un 4,5 por ciento.

Un estudio reciente realizado entre la SENNAF, el Ministerio de Trabajo, Empleo y Seguridad Social, la Comisión Nacional para la Erradicación del Trabajo Infantil y el Instituto Nacional de Estadística y Censos, da cuenta que el 2 por ciento de las niñas y niños de 5 a 13 años del país trabajó al menos una hora en la semana y casi el 60 por ciento de ellos lo hizo ayudando a sus padres u otros familiares. Mientras que el 12,2 por ciento de los adolescentes de 14 a 17 años realizó alguna actividad económica, de los cuales el 43,2 por ciento lo hizo en emprendimientos familiares.

En marzo de 2013, se sancionó una ley aprobada por unanimidad en el Senado, que establece penas de prisión de hasta cuatro años para los empleadores que se aprovechen de los menores, y que hasta ahora era castigado sólo con severas multas. En ese sentido, la ministra de Desarrollo Social, Alicia Kirchner, sostuvo que «defender los derechos de los niños es construir presente y futuro; si como sociedad no nos avergüenza el trabajo infantil, pocas oportunidades de desarrollo y crecimiento tendrán las nuevas generaciones de argentinos».

Por todo lo anteriormente mencionado, la coordinadora de la Comisión Provincial para la Erradicación del Trabajo Infantil (Copreti)-Jujuy, Mabel Vargas trabaja de manera permanente con acciones para la promoción del trabajo decente y la labor conjunta con vistas a la asistencia de niños.

Desde la COPRETI se propone como metodología de abordaje de la lucha contra el trabajo infantil la constitución de mesas intersectoriales que convoquen a organismos gubernamentales y no gubernamentales a aunar esfuerzos en torno de esta compleja problemática social. Teniendo en cuenta las grandes consecuencias en nuestros niños.

Consecuencias del trabajo infantil

Existe un debate entre los efectos negativos o positivos del trabajo infantil, nosotras hemos preferido hablar de las consecuencias de esta problemática, refiriéndonos a los aspectos físicos, psicológicos, sociales y sobre la escolaridad.

1. Consecuencias físicas:

Podemos decir que entre las consecuencias físicas se encuentra: «El riesgo del sobreesfuerzo (extensión de las jornadas, sobrecarga física, malas posturas) y del ambiente de trabajo (contaminación, temperatura, humedad, exposición a productos químicos). No todas las actividades laborales provocan estos efectos, aunque muchas veces el riesgo está presente».

2. Consecuencias psicológicas:

Se refieren: el ingresar al mundo laboral, a una temprana edad, hace que la niña o niño se relacione con personas que no pertenecen a su grupo de pares, lo que involucra un efecto en la socialización de un niño o niña y en su proceso de construcción de la identidad.

3. Consecuencias sobre la escolaridad:

El 26 de agosto de 1920 se publicó en el diario oficial la Ley  de instrucción primaria obligatoria, la que determinaba la asistencia mínima obligatoria en cuatro años, esta ley fue un primer paso hacia la obligatoriedad de doce años de educación para todos los niños y adolescentes del país, si bien se encuentra bajo la clasificación de ley, existen aún obstáculos para que esta se cumpla a cabalidad. El Trabajo Infantil aleja a los niños de la escuela, si no es durante la Enseñanza Básica, arremete cuando ingresan a la Educación Media.

Las consecuencias del Trabajo Infantil son diferenciadas dependiendo del tipo de trabajo. Es común ver a niños retrasados en sus estudios, somnolientos, cansados, no permitiendo asimilar los conocimientos y desertando del sistema escolar.

Para cuidar su integridad es que día a día trabajamos, conjuntamente con los distintos actores de la sociedad.

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