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Diez años después, empieza el juicio por el crimen de Carola Carretero

El lunes empieza el juicio oral y público contra los cinco acusados del crimen de la gendarme Carolina Carretero, ocurrido el 5 de marzo de 2005. La madre de la joven, María Lazarte, dijo a El Submarino que “ahora sí” cree en la justicia, aunque no olvida que tanto la Gendarmería como algún sector del Poder Judicial hicieron lo suyo para que pasaran diez años hasta llegar al juicio.

En la Sala de Audiencias del Tribunal en lo Criminal 2 se desarrollarán las audiencias el proceso que juzga a cinco acusados, todos exgendarmes: Roberto Omar González, por ser el autor del “homicidio calificado por alevosía”; Cristian Ariel Monje, quien era el novio de la víctima, por partícipe secundario del homicidio; Diego Alberto Tapia y Agustín Ángel Castillo, por el delito de encubrimiento agravado, y Mario Antonio Olivares, por “falso testimonio”.

El Tribunal en lo Criminal 2 estará integrado por Luis Ernesto Kamada como presidente de trámite, Raúl Enrique Burgos y Humberto Mario González. En la sala estarán también representantes del Programa Nacional de Antiimpunidad de la Secretaría de Derechos Humanos de la Nación, que apoyan a la familia de la víctima. 

En la madrugada del 5 de marzo de 2005 se encontró el cuerpo sin vida de la joven Carola Elina Carretero en una casa del barrio Malvinas, en San Salvador. Estaba pendiendo del caño de la ducha, atado con un cinturón. En esa casa vivían varios camaradas de Carola, incluido su novio.

“Gracias a Dios podemos llegar a juicio, después de 10 años, un mes y cuatro días”, repasó María Lazarte, la madre de Carola. “Uno a veces pensaba que esto no iba a llegar nunca; ahora queremos que se dé la pena máxima a todos los imputados”, agregó.

Lazarte, criticó el papel desempeñado por la Gendarmería y de algunos miembros del Poder Judicial. “Exigimos justicia, porque hubo maniobras de Gendarmería para que esto quede todo en un suicidio, pero gracias al juez de entonces, Víctor Aramayo, la causa fue caratulada como homicidio calificado con alevosía”.

Recordó que se llega a juicio a pesar de las dilaciones de la primera fiscal que actuó en la causa y las negaciones del juez Aróstegui. “En el camino se perdieron pruebas elementales, como el semen en la vagina de mi hija, la transcripción de las llamadas de celulares y otras cosas sustanciales.

En este sentido, señaló: “Muchos de los que van a estar como testigos deberían estar juzgados también, porque todos los que me vinieron a hablar daban otros datos de la hora en que falleció; es decir que tramaron todo, porque si mi hija murió a las 8 de la mañana no puede ser que yo me entere a las dos de la tarde”.

“Siento tranquilidad, porque por fin llegamos a esta instancia, pero es algo que nos duele mucho, que no hemos buscado; el dolor no ha pasado ni va a pasar jamás ‒describió la mujer‒; le pedimos a Dios que salga la verdad de lo que ha pasado con mi niña, porque ella no se quitó la vida como ellos quisieron hacer creer”.

Lazarte dirige sus críticas a la fuerza a la que pertenecía su hija: “Nosotros hemos confiado desde un principio en Gendarmería, creímos que nos iban a ayudar, y en realidad lo que estaban haciendo es tratar de convencernos de que fue un suicidio y no un homicidio”.

Pero también tiene cuestiones para marcar sobre la actuación de la justicia: “Hubo muchos errores. Los elementos de prueba sobre el asesinato estaban todos en el expediente, pero había que esperar a que la señora fiscal revisara todo, y hubo pruebas que se perdieron en el tiempo. Y estuvieron también las negativas del juez Aróstegui sobre cosas que pedíamos, como el registro de llamadas, las interposiciones de recursos. Todo eso hizo que pasaran diez años”.

“Creo en la justicia ‒afirma ahora la mamá de Carola‒; pienso que ahora sí se va a hacer justicia, confío en los jueces y quiero que mi hija descanse en paz para que nosotros también tengamos paz”.

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