Con un quórum formado por 129 diputados y diputadas, comenzó la sesión en el Congreso para interpelar al jefe de Gabinete, Guillermo Francos, por el criptogate que compromete al presidente Javier Milei.
El último que se sometió a una interpelación de este tipo fue el exministro de Economía de Carlos Menem, Domingo Felipe Cavallo, el 30 de agosto de 1995, quien tuvo que responder sobre la privatización del Correo Argentino a la que calificó como “un traje a medida” para el empresario postal Alfredo Yabrán, que en 1998 se suicidó antes de ir preso acusado por el asesinato del reportero gráfico José Luis Cabezas.
Horas antes, el jefe de Gabinete, Guillermo Francos, confirmó que los ministros de Justicia, Mariano Cuneo Libarona y de Economía, Luis Caputo, no concurrirán a la sesión de interpelación en la Cámara de Diputados sobre la estafa de criptomoneda Libra.
En declaraciones radiales, Francos dijo que irá «solo» en representación del Poder Ejecutivo a la sesión especial impulsada por la oposición que busca investigar la participación del presidente Javier Milei en esa operación.
«Asistiré yo en representación de todo el Poder Ejecutivo. Los ministros de Economía y Justicia se ponen a disposición para responder por escrito, advirtiendo que no tiene ninguna vinculación con el tema en particular», agregó.
La Cámara de Diputados aprobó el pasado 8 de abril la interpelación a Francos, Caputo, Cuneo Libarona y el titular de la comisión de Valores, Roberto Silva, aunque hay dudas que tenga en este caso obligación de asistir al Congreso.
Señaló que dará «todas las explicaciones que ya el presidente dio. No hay mucho nuevo para aportar».
Resaltó que «es llamativo que en 30 años no se haya interpelado a ningún ministro. Ahora, por un hecho que no tiene intervención del Poder Ejecutivo, quieren interpelar a tres ministros»
Apuntó que «creo que va a haber mucho show político. Se da dentro de un proceso electoral y es parte de la campaña».
Al respecto. Francos agregó que «conozco este tema desde hace mucho tiempo y sé cómo se utilizan estos episodios para sacar rédito político».