Las cabeceras del Operativo están localizadas en todas las regiones del Ministerio de Educación:
Para la Región I, en la calle Güemes 185 de La Quiaca y en la calle Macedonio Graz esquina Sarmiento de Abra Pampa.
En Humahuaca, la cabecera funciona en la calle Buenos Aires esquina Belgrano, mientras que en Tilcara está en la Escuela Normal Superior E. Casanova, calle Quebrada de Waragueyo y Ruta 9.
En San Salvador de Jujuy, está en el RIM 20, por avenida Santibáñez, mientras que para la zona de Perico se encuentra en Rivadavia esquina Alberdi, Centro Perico.
En San Pedro, la cabecera funciona en la calle Sarmiento 234 y en Libertador General San Martín en la calle Entre Ríos (detrás de la Escuela 261).
El día de la evaluación, las cabeceras tienen la responsabilidad de monitorear la aplicación, estar atentas a cualquier inconveniente y reportar al equipo jurisdiccional cualquier problema.
La directora de Planificación, Evaluación e Información Educativa, Vanessa Humacata, explicó que la idea de trabajar con cabeceras se basa en la conveniencia de descentralizar la entrega de material.
Críticas
El operativo Aprender 2016 ha recibido numerosas críticas desde diversos ámbitos, sobre todo de parte de docentes y padres. Se conocieron casos en los que docentes han recibido comunicaciones de los padres de algunos de sus alumnos diciendo que no autorizan a que sus hijos sean sometidos a la prueba.
La crítica principal es que se trata de una evaluación elaborada fuera del país, y la misma para todas las escuelas, sin tener en cuenta las particularidades regionales, sociales e incluso económicas.
Algunos van más allá y aseguran que el objetivo es distribuir el presupuesto educativo de acuerdo a los resultados de las pruebas, con lo que aquellas escuelas con menor rendimiento quedarían postergadas.
Advierten que con este plan evaluarán a los estudiantes para que salga a la luz la supuesta baja calidad educativa en las escuelas estatales y culpar a los docentes por esto, porque estas evaluaciones no toman en cuenta las condiciones en la que los docentes tienen que enseñar, y sin tener en cuenta esto el gobierno los responsabilizaría de los malos resultados de las evaluaciones.
De este modo, alertan, las escuelas que obtengan bajo puntaje recibirán menos presupuesto y los docentes menos salario. Y esto favorece que baje la calidad educativa en las escuelas públicas.
Pero también hay críticas respecto del contenido de las pruebas, ya que, interpretan, estas evaluaciones no permitirían que los estudiantes puedan desarrollar sus intereses en las distintas modalidades que no sean las que pide este tipo de evaluación, ni tampoco el desarrollo del pensamiento crítico y reflexivo, sino que solo fomenta la competencia y el mérito individual.