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Documento: “Jujuy, cómo nos duele”

Por Pastoral Social del Obispado de Jujuy.

1) Nuestro país, la Argentina, vive y sufre crisis frecuentes de identidad y de organización que nos llevan a preguntarnos ¿Qué nos está pasando como sociedad?

¿Qué hemos hecho o dejado de hacer como padres, gobernantes, dirigentes políticos y sociales para que nuestros jóvenes vivan sin sentido de pertenencia, en una sociedad desorganizada, sin límites y sin reglas claras?… ¿No ha llegado el momento de convocarnos para pensar, juntos, nuestra manera de ser Nación?

 2) Los acontecimientos de los últimos días son reflejo de cierto abandono por parte del Gobierno nacional para con las provincias. Nos sentimos llamados a construir juntos una “Patria de hermanos”. Y es el federalismo el modelo que hemos elegido y que hemos plasmado en la Constitución Nacional. ¿En qué queda el funcionamiento unificador y dinamizador del federalismo.

3) Constatamos cómo, a nivel Provincia, la sociedad parece abandonada a su suerte. Las diversas organizaciones y agrupaciones políticas manifiestan, en los hechos, que son incapaces para trabajar en diálogo y en unidad, mirando de frente y con seriedad los problemas reales, algunos de ellos serios y de larga data. ¿No asistimos a un abandono práctico y real del ejercicio de la sana política, sin el cual la sociedad no puede vislumbrar su futuro?

 4) Reconocemos que vivimos una grave crisis de todo lo vincular. La familia tradicional lo sufre de manera más inmediata. Con frecuencia los adultos abandonamos nuestras responsabilidades en el cuidado, promoción y defensa de los vínculos familiares. A nosotros nos corresponde estar cerca de las nuevas generaciones, escucharlas, dialogar con ellas y construir juntos modos de convivencia que nos integren y nos gratifiquen ¿No estamos abandonando nuestra función de educadores de nuestros propios hijos?

 5) En ambientes de mayor marginación y vulnerabilidad, la vivencia de los vínculos es todavía más compleja. El deterioro del tejido social nos deja, casi, sin base para armar vínculos significativos y estables. ¿No estaremos engendrando huérfanos que terminan abandonados a ellos mismos y son víctimas de nuestros propios errores, como el alcohol, la violencia, el libertinaje, la drogadicción, el sinsentido que conduce al suicidio?

 6) La marginación no es sólo económica. Es vivir al margen de normas y de valores. Pero estos valores no se han podido construir en una sociedad que facilita y promueve el facilismo, el todo vale, el mal ejemplo, la impunidad, las reivindicaciones compulsivas y violentas, el enriquecimiento desmedido de algunos pocos ¿No habremos perdido el sentido ético y espiritual de la vida? ¿No estaremos abandonando nuestras responsabilidades ciudadanas?

 7) Entendemos que nos toca ser Nación en tiempos muy complejos, cambiados y cambiantes. No siempre hemos sabido asumir el desafío de “querer ser Nación integrada”. Nuestra sociedad está dividida y atravesada por heridas profundas.

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