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Este fin de semana se presentaron dos denuncias por abuso sexual en la comisaría de Tilcara, por parte de una mujer de Tucumán y una joven que vive en la Quebrada. Ambas situaciones, de distinta manera, pusieron de manifiesto una vez más la falta de políticas públicas integrales de prevención, contención y atención de la violencia sexual.
El gobierno provincial lanzó este año la campaña «Vivir un Carnaval libre de violencias, con el fin expreso de «promover la inclusión y que este evento popular sea libre de agresiones». La titular del Consejo Provincial de la Mujer, Alejandra Martínez, publicó en sus redes flyers y fotos con banners que multiplicaron el logo del organismo y repartió entre comparsas remeras, folletos y –sorprendentemente– barbijos.
«En Carnaval no vale todo y muchos hechos de violencia ocurren durante estas celebraciones; por ello el Estado y la sociedad civil debemos realizar un trabajo articulado para prevenir cualquier vulneración de derechos», afirmó la funcionaria.
Sin embargo, en los últimos días no estuvo abierta ninguna oficina de atención a víctimas de violencia de género; no se implementaron equipos especiales de atención, ni se reforzaron los que pudieran existir en los centros de salud.
Frente a una situación de abuso o violencia, entonces, las víctimas tienen dos caminos: la policía y el hospital.
Las denuncias
La falta de formación del personal policial para recibir una denuncia por abuso quedó en evidencia una vez más. El comisario Rodríguez, responsable de la seccional de Tilcara, confirmó dos casos por abuso sexual, pero se ocupó de aclarar que en ambos casos las víctimas estaban «en estado de ebriedad», minimizando la gravedad de las situaciones.
Cabe recordar que Rodríguez apareció como jefe de la seccional de la localidad veraniega, luego que una manifestación en la plaza principal de Tilcara exigiera el «raje» de Daniel Almazán, prioncipal protagonista de un hecho de violencia institucional contra Daniel Redín, algunos días atrás.
Uno de los hechos ocurrió en inmediaciones del río Huasamayo. La víctima es una mujer de Tucumán, de 33 años, que el sábado 26, día del desentierro del Carnaval, conoció en la plaza a un hombre de entre 20 y 25 años que se ofreció a acompañarla al camping donde se alojaba. Pero en el camino la llevó a un lugar aislado que ella no conocía y la violó. También le robó la riñonera en la que llevaba dos celulares, dinero (alrededor de diez mil pesos) y documentos, y huyó.
La mujer pidió ayuda a efectivos policiales que recorrían la ciudad. El comisario informó que en el hospital Salvador Mazza constataron las lesiones, lo que fue confirmado a este diario por autoridades del centro de salud. Allí se la atendió, se le proveyó del kit de emergencia, se la asistió y asesoró.
Rodríguez no dio precisiones sobre la investigación policial o judicial que debería estar en curso, pese a que la mujer volvió a su provincia.
La segunda denuncia es de una chica menor de edad que vive en la zona, quien no pudo darle a la policía detalles del ataque porque asegura que la intoxicaron con una mezcla de alcohol y pastillas. No obstante, afirma haber sido víctima de abuso. Pero el comisario Rodríguez dijo que «no están constatadas las lesiones en el parte médico», por lo que, dio a entender, no habrá investigación.
En este caso, la revisión médica no se hizo en el hospital de Tilcara, de acuerdo a lo que informó la directora de ese centro de salud, Jimena Salinas, a El Submarino Diario. Por tratarse de una menor de edad, es posible que se haya derivado al hospital de Maimará o al Materno Infantil de San Salvador de Jujuy.
Como sea, se sabe que la ausencia de lesiones no significa de manera definitiva que no haya habido abuso, sobre todo si la víctima estuvo imposibilitada físicamente de resistirse. Los protocolos vigentes indican, taxativamente, que el relato del abuso es suficiente para iniciar una investigación y poner en marcha todas las acciones relacionadas con la atención y acompañamiento de la víctima.
Ausencia estatal
Una vez más, las campañas de prevención y las acciones de contención quedan en manos de las organizaciones que actúan en el territorio. Por tercer año consecutivo, la Colectiva Feminista de Tilcara y Maimará, y el Frente Amplio de Mujeres y Disidencias de Humahuaca, a través de las redes sociales, brindaron recomendaciones para evitar las situaciones de violencia de género y acoso sexual durante el Carnaval.
«Tenemos derecho a divertirnos sin miedo, sin violencia, sin acoso, sin manoseos ni abusos. Que la alegría sea para todes ..!», dice una de las campañas. Otra ofrece una serie de recomendaciones: «No te separes de tu grupo. Si algo te incomoda, no te calles. Si te vas con alguien, avisá. Si fuiste víctima de una violación, acudí inmediatamente a la guardia del hospital y pedí el kit de emergencia».
Si bien estas campañas son valiosas, lo cierto es que las víctimas de violencia o abuso no tienen dónde recurrir para que las contengan, las orienten y las acompañen.
De acuerdo a testimonios de quienes viven en la zona, se observa «una retirada total» del Estado, tanto provincial como municipales, pese a que en una celebración como el Carnaval es sencillo prever dificultades e implementar las políticas públicas para evitarlas. No obstante, los pobladores locales ni siquiera observaron una mayor presencia policial, algo frecuente por ejemplo en las movilizaciones y protestas callejeras.
La pregunta que queda flotando es si hay algún interés oculto en liberar la zona, mirar para otro lado y dejar que se desbande el carnaval de la Quebrada, que recibe cada año miles de visitantes de todo el país, poniéndolo en desventaja respecto del festival capitalino que auspicia el gobierno de la provincia.
Gabriela Tijman
Colectivos Feministas y de las Diversidades: “No vale todo en Carnaval”
