El cuarteto es desde este martes patrimonio de la humanidad. Así lo resolvió Unesco que incluyó al tradicional fenómeno musical cordobés en su lista de bienes culturales inmateriales.
«Ultima Hora. Nueva inscripción en la lista de Patrimonio Inmaterial: el cuarteto, música, danza y letras en la ciudad de Córdoba, Argentina. ¡Felicidades!», dice el anuncio de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura.
Al explicar los motivos de su elección, la Unesco detalló que «el cuarteto es un género animado de música bailable que mezcla estilos locales criollos con influencias de inmigrantes europeos. Las primeras orquestas cuarteto contaban con instrumentos como el piano, violín, acordeón y contrabajo, con un cantante dirigiendo la actuación. Con el tiempo, el género ha incorporado ritmos caribeños, percusión afrolatina e instrumentos de viento, convirtiéndose en una parte significativa de la cultura local».
«Hoy en día, el cuarteto sigue siendo una expresión cultural importante, con letras que a menudo se centran en la vida cotidiana, el amor y la alegría. Es popular en los ‘bailes’ (eventos de baile), donde actúan orquestas de ocho o más músicos y la gente baila en círculos, siguiendo un ritmo rápido conocido como ‘tunga'», agrega.

El patrimonio cultural inmaterial incluye las prácticas, conocimientos y expresiones que las comunidades reconocen como parte de su identidad cultural, junto con los objetos y espacios asociados.
«Transmitido de generación en generación, este patrimonio se adapta con el tiempo, reforzando la identidad y el respeto por la diversidad cultural. La Convención de la Unesco de 2003 destaca la necesidad de salvaguardar estas expresiones culturales para las generaciones futuras», detalla el organismo.
El anuncio fue rápidamente celebrado por el Gobierno de Córdoba, que lo definió como «un día histórico» para la provincia. «El mundo entero reconoce algo que nosotros los cordobeses sabemos desde siempre: que el cuarteto es más que música. Que la Unesco haya consagrado al cuarteto como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad es un orgullo enorme», sostuvo el gobernador Martín Llaryora.
Otros patrimonios
Desde la sal hecha a mano en una isla de Filipinas, hasta las danzas ceremoniales en Kenia y las antiguas tradiciones textiles en Bielorrusia, el organismo cultural de la ONU ha añadido una gama diversa de tradiciones vivas a sus listas globales de cultura en riesgo, destacando tanto la riqueza de la expresión como la necesidad urgente de salvaguardar el patrimonio.
A diferencia de los monumentos o sitios históricos, el “patrimonio cultural inmaterial” se refiere a prácticas vivas: tradiciones, habilidades, rituales, música, artesanías y costumbres sociales que las comunidades transmiten de una generación a la siguiente.
A través de sus listas, la Unesco trabaja con gobiernos y comunidades para promover estas tradiciones, fortalecer la transmisión y movilizar apoyo para asegurar su supervivencia, particularmente donde están amenazadas por cambios sociales, económicos o ambientales.
Este año, varios elementos fueron añadidos a la Lista del Patrimonio Cultural Inmaterial que Requiere Salvaguardia Urgente, que reconoce prácticas que enfrentan un serio riesgo de desaparición.
En Vietnam, la artesanía de la impresión popular de xilografía Đông Hồ —conocida por sus coloridas escenas de la vida diaria, la historia y el culto impresas a mano— fue reconocida por su proceso completamente manual que utiliza bloques de madera tallados, pigmentos naturales y papel especial recubierto con polvo de vieira. Una tradición anteriormente extendida, ahora está en declive.

También se inscribió la danza espiritual Mwazindika de la comunidad Daida en Kenia. La práctica combina danza, ritual, música y narración para promover la sanación, la protección y el equilibrio espiritual durante ritos de paso, cosechas y tiempos de crisis.

Otras tradiciones recién salvaguardadas incluyen el instrumento musical de arcilla Boreendo de Pakistán, las técnicas de construcción de casas de barro quincha de Panamá, la artesanía cerámica Ñai’ũpo de Paraguay, la intensiva elaboración artesanal de sal marina Asin Tibuok de Filipinas, los barcos de madera moliceiro de Portugal, el instrumento de cuerdas Kobyz de Uzbekistán, el canto épico de la lahuta en Albania, las tradiciones culturales de landships en Barbados, y la tradición textil de Negliubka en Bielorrusia.
La Unesco también añadió nuevos elementos a la Lista Representativa del Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad, que destaca tradiciones que encarnan la diversidad cultural y la creatividad humana.
Entre las inscripciones está el Bisht, una prenda ceremonial masculina usada en varios países de Oriente Medio, incluidos Catar, Irak, Jordania y los Emiratos Árabes Unidos, que simboliza respeto y estatus social durante eventos importantes de la vida.
En Venezuela, el joropo, una animada tradición que combina música, poesía y danza moldeada por influencias indígenas, africanas y europeas, fue reconocido por su papel central en festivales y en la vida comunitaria.
También fueron añadidos la Festividad de la Virgen de Guadalupe en Sucre, Bolivia; el tejido de sari Tangail en Bangladés; el arte en miniatura de estilo Behzad asociado con Afganistán; el teatro de marionetas de varilla belga; las celebraciones de Christmas Bram y Sambai de Belice; las tradiciones de gaita de Bulgaria; y la procesión de bodas Zaffa en partes de África y Oriente Medio.
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