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El diablito tupaquero volvió a las entrañas de la tierra

La Organización Barrial Tupac Amaru y el Frente Unidos y Organizados por la Soberanía Popular (FUyO), junto a la comparsa Los Alegres Quemagomas, realizaron el Domingo de Tentación en los galpones recuperados, junto a más de 2500 jujeños. 

Este ancestral ritual, tan caro a los sentimientos de los pueblos andinos, se vivió con mucha algarabía y en todo momento fue conducida por los amautas Mama Killa y Alipio Cuila, y por representantes de distintos pueblos originarios de Jujuy.

Desde el mediodía, integrantes de la comparsa fueron recibiendo a todos los jujeños y turistas que se fueron acercando al predio que la organización tiene cerca de la Vieja Estación, con talco, albahaca, papel picado, la tradicional “vacuna” para la tristeza, comida y bebidas para vivir los últimos instantes de las celebraciones carnestolendas. Todo lo compartido fue una invitación sin costo de parte de los Alegres Quemagomas y era de libre acceso para todos.

La tarde fue matizada por importantes números artísticos como Adrián y los Dados Negros, Sonido Mazter, Amar Azul, Ricky Maravilla, entre otros, que hicieron bailar a toda la concurrencia.

«Está muy buena esta fiesta, se disfruta mucho. Yo vine al desentierro y ahora invité a muchos amigos para que vengan. Hay mucha onda positiva en la gente”, dijo Valentina, una de las asistentes al entierro del carnaval. Por su parte, Mama Killa,  nos comentó sobre el simbolismo que tienen estas festividades: «El diablito ya ha bailado ocho días y nosotros hemos challado nuestras chacras, ahora lo despachamos a la tierra. También nos metemos al agua del río, para purificarnos y que las malas energías se las lleve el agua. Y pedimos lo mejor para el año que empieza».

La comparsa, antes de enterrar al diablo, desfiló toda su alegría por las calles céntricas de la capital jujeña junto a los sones de la banda de la Tupac Amaru y encabezados por la diputada provincial Milagro Sala.

Fue así que los Quemagomas fueron llegando al mojón, cantando y bailando, al barrio Belgrano, a orillas del Río Grande al caer la tarde del domingo. Allí finalmente, enterraron al “pujllay” para cerrar este ciclo de celebraciones que desde la organización vienen sosteniendo y organizando para afirmar nuestra identidad y tradiciones ancestrales.

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